Todavía queda una jornada para el término de la primera vuelta en Tercera Federación, pero el parón navideño es buen momento para realizar balances. En el caso del Silva, que el 7 de enero recibirá al Rápido de Bouzas, sólo puede ser muy positivo: tras el cambio de entrenador -Iván Sánchez sustituyó a Javier Bardanca- ha estado en todo momento en la zona noble de la clasificación.
La perspectiva de cara al nuevo año es de máxima ilusión. No en vano, el equipo ha llenado el casillero de puntos y con mantener una línea medianamente positiva asegurará sin apuros la permanencia. A partir de ahí, licencia para soñar con algo más.
Queda ya lejos el pasado 9 de septiembre, día en el que el Silva abrió la liga con un empate sin goles frente al Barbadás en Os Carrís. No hubo brillantez, pero fue una primera muestra de solidez defensiva.
Pese a ello, nada hacía presagiar que el conjunto herculino iba a firmar un inicio realmente espectacular en ese aspecto. Y es que tras siete jornadas tan sólo habían encajado un tanto, que llegó en la única derrota, frente al Paiosaco como local.
Buenos resultados
Costaba mucho hacerle un gol al Silva en ese tramo de la temporada, y los de Iván Sánchez se mostraban acertados de cara a puerta en los momentos clave de los partidos. Frente a Polvorín (2-0), Estradense (0-2), Betanzos (1-0) y Sarriana (0-1) llegaron cuatro victorias que permitieron al equipo crecer en confianza.
Llegó entonces un periodo en el que el buen rendimiento defensivo continuó, pero el gol brilló por su ausencia: sendos empates a cero ante Arosa y Pontevedra B en A Grela y una derrota por 2-0 contra el gran favorito, el Bergantiños.
El siguiente partido, correspondiente a la jornada 10, no dejó a nadie indiferente. Ante la UD Ourense, uno de los equipos llamados a pelar por el ascenso, el Silva fue quien de vencer por un contundente 2-5. Casi todo sucedió tras el descanso, al que se había ido el partido con resultado de 1-0 tras un gol de David Rojo. En apenas media hora Diego Lamas, Martín García, Raúl Melo por partida doble y Sergio Otero firmaron los goles. Antón Guisande recortó distancias en el tramo final, pero no empañó la gran goleada.
Tras esa gran victoria, el equipo coruñés tenía un difícil compromiso en casa, ante el correoso Alondras, y salió mal parado (0-1). Una semana después, empataba en un duelo muy abierto ante el Somozas (3-3), en un resultado que supo a derrota por la clara ventaja a falta de unos minutos y la lesión del portero Adrián Ríos, que se sumaba a la de Xavi.
Acudió al mercado
Ante los problemas en esa demarcación, la secretaría técnica del club contrató en las últimas fechas a Bugy y Borja Rey. En los dos últimos encuentros, una decepción como local (0-3 frente al Atlético Arteixo) y una alegría como visitante (0-2 contra el Viveiro).
