Oriol Vives, el jugador agredido en Voltregà: "Hay líneas rojas que no se pueden cruzar"
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Oriol Vives, el jugador agredido en Voltregà: "Hay líneas rojas que no se pueden cruzar"

El ex del Liceo, agredido en Voltregà, denuncia ante la policía los hechos - "Le pedí a mi mujer y a mis hijos que no vinieran al partido. Y menos mal"
Oriol Vives, el jugador agredido en Voltregà: "Hay líneas rojas que no se pueden cruzar"
Oriol Vives

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“Le pedí a mi mujer y a mis hijos que no vinieran al partido. Y menos mal”, se lamenta Oriol Vives. El que fuera jugador del Liceo en las temporadas 2014-15 y 2015-2016 fue agredido en el último minuto del derbi que jugaba su equipo, el Vic, en Sant Hipólit de Voltregá por un espectador local que a pie de pista alargó el brazo para impactar con fuerza contra su cara cuando pasaba por la valla a toda velocidad. Ayer denunció los hechos ante la policía. “Hay líneas rojas que no se pueden cruzar”. Es categórico. Como también lo han sido los capitanes de los catorce equipos de la OK Liga. Todos han cerrado filas. Su seguridad de debe ser innegociable.


“Desde una hora y media antes del partido había como unas veinte personas insultándonos, escupiéndonos...  Y nosotros solo estábamos allí para ir a hacer nuestro trabajo”, empieza a narrar el ambiente que sufrieron en Sant Hipólit. “Y eso que fue mi casa durante ocho años y yo siempre le estaré agradecido al club por lo bien que me trató”, aclara. Era el primer derbi de Osona desde hacía tres años y no se jugaba en el habitual Oliveras de la Riva, clausurado por daños graves en su estructura, sino en un anexo en el que la afición se sitúa a ras de pista, incluso al lado de los banquillos. “Me da la risa cuando dicen que se saltó las medidas de seguridad... porque se están diciendo muchas mentiras sobre eso”, dice.

 

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La sencuencia de los hechos
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La sencuencia de los hechos


“Me enseñaron imágenes de cómo me intentó golpear en otra ocasión”, desvela, aunque no cree que la persona en cuestión tuviese algo en su contra y que podía haberle tocado a otro. “Simplemente creo que tenía ganas de pegarle a alguien y punto. Sentí el golpe, si me llega a dar en la nariz o en un pómulo estaríamos hablando de otra cosa”, explica sobre que no tuvo que lamentar la rotura de ningún hueso de la cara. Pero sí que fue atendido sobre la propia pista. “Mi primer instinto fue levantarme e irme lejos de donde estaba, por llamarle de alguna manera ese energúmeno”, continúa el relato, “pero después me mareaba mucho y hasta se me saltaron las lentillas y veía doble”.


“En veinte años de carrera en el hockey profesional (en los que ha pasado por Igualada, Breganze, Lleida, Calafell y Vic) nunca me había pasado algo así ni nunca había visto algo igual”, critica. “Y espero que esto no vuelva a pasar”. Por eso ha tomado acciones legales. “He ido a la policía a denunciar”, anuncia. Eso por un lado. Por otro, espera una respuesta contundente de la Federación Española de Patinaje. “He hablado con ellos y les he dicho que espero una sanción ejemplar, a la altura de la gravedad de lo sucedido. Lo que quiero es que una cosa así no vuelva a pasar, ni en el hockey ni en ningún deporte, pero menos en el hockey, que es el deporte que amo”, añade.

 

Llueve sobre mojado


El de Oriol Vives es la punta del icerberg de diferentes episodios graves ocurridos en Sant Hipólit de Voltregá. “Se veía venir que cualquier día iba a pasar algo”, reconoce. Hacía solo un mes que al jugador del Noia, Humberto Mendes, le pincharon las cuatro ruedas del coche cuando su equipo fue a jugar allí. Un episodio racista que se une a los insultos también de esta índole denunciados por el liceísta Fran Torres el curso pasado, cuando todo el equipo se tuvo que refugiar en el vestuario, hasta la llegada de presencia policial, por altercados con la grada. 


La animadversión con los coruñeses ya venía de atrás, desde la Copa del Rey en A Coruña en 2021, cuando la eliminación en cuartos de final, con una polémica acción final que benefició al Liceo, provocó que los jugadores del Voltregà se presentasen al día siguiente en el Palacio de los Deportes de Riazor en actitud provocativa con el público local. Desde ese momento, los coruñeses tuvieron que aguantar insultos constantes cuando se acercaban a la afición blanquiazul en cada uno de sus partidos. Y el año pasado, la peña Sac i Ganxo, con la que estaba el agresor (del que el club se desvinculó señalando que no es socio de la entidad) publicó un vídeo en la previa de la visita del Liceo en los playoffs en la que se veía a un aficionado ensartando una lechuga con una hoz. 


“Condenamos rotundamente la agresión; pedimos disculpas a Oriol Vives, a sus compañeros, a los aficionados y a todo el mundo del hockey en general por este hecho repugnante y totalmente intolerable del que nos avergonzamos profundamente; hacemos constar la expulsión de este individuo del grupo de animación para siempre y nos comprometemos a reconducir la situación para volver a ser una afición que solo tiene la finalidad de animar a nuestro equipo”, señaló la peña, contundente, en un comunicado. 

 

Próxima visita: 12 de enero

 

Al Liceo le toca visitar al Voltregà, con tres exjugadores en sus filas, Álex Rodríguez, Jordi Burgaya y Arnau Canal, que rescindió con el Reus para volver al equipo de su pueblo, el próximo 12 de enero, a la vuelta de las vacaciones de Navidad y en la última jornada de la primera vuelta. Ya no se jugará la clasficación para la Copa del Rey, porque ya sacó el billete el pasado domingo.

 

Si no hay una sanción antes, con posible cierre de la pista, el Alcoi será el siguiente en pasar por allí el próximo martes 17 en la última jornada de 2024. La Federación Española todavía no se ha pronunciado públicamente.

Oriol Vives, el jugador agredido en Voltregà: "Hay líneas rojas que no se pueden cruzar"

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