Leyma Coruña | Jorgensen fue rey por un día en la jungla neoyorquina del 'playground'
lll
17º-23º

Leyma Coruña | Jorgensen fue rey por un día en la jungla neoyorquina del 'playground'

Leyma Coruña | Jorgensen fue rey por un día en la jungla neoyorquina del 'playground'
Paul Jorgensen jugó en el Don Bosco, un instituto de nombre con reminiscencias baloncestísticas coruñesas

Usuario

Los playgrounds (canchas de cemento, generalmente públicas) han creado no pocas leyendas. Curiosamente, la más grande jamás llegó al baloncesto profesional. Se trata de Earl Manigault, en su momento bautizado como The Goat, El Cabra, pero también un acrónimo muy en boga en el siglo XXI: Greatest Of All Times (el más grande de todos los tiempos). El hombre que convirtió en mundialmente famosa la pista de Rucker Park. 


En ese universo, mayormente neoyorquino, han brillado jugadores de la talla de Karem Abdul-Jabbar, Connie Hawkins, Julius Erving, Kobe Bryant, LeBron James y Kevin Durant. Pero también muchos desconocidos para el gran público.


Entre estos últimos está Paul Jorgensen, nuevo escolta del Básquet Coruña. El jugador procedente del Fuenlabrada tocó el cielo el 31 de mayo de 2013, cuando era un chaval de 17 años que despuntaba en el instituto Don Bosco –el nombre tiene miga coruñesa– de su New Jersey natal. 


Aquel día puso patas arriba la pista que acoge el Tri State Classic, torneo en memoria  de Alimoe, apodo de Tyrone Evans, también conocido como The Black Widow (La Viuda Negra), otra de esas estrellas específicas del firmamento urbano, fallecido unos meses antes. 

 


La ruta hacia la leyenda comenzó con una serie de crossovers culminados con un triple cayendo hacia atrás y con el defensor encima. Ese anómino número 11 del equipo rival saldría en cinco de las otras seis instantáneas que compusieron la leyenda. En la segunda, volvió a comerse varios botes entre las piernas y un dribling letal, del que Jorgensen salió hacia el aro y anotó una bandeja a tabla tras evitar a otro defensor con un precioso rectificado. La tercera fue prácticamente un calco de la segunda, solo que saliendo por la derecha; la cuarta, hermana gemela casi melliza de la primera.

 

Traca final

La quinta, una bandeja de ‘palomero’, fue como un respiro en esa jaula llena de gente incendiada por una exhibición que Jorgensen, ya en centro del foco, remataría con dos delicatessen. Primero, encaró al atribulado número 11, lo bailó en el perímetro y luego en la pintura antes de anotar a una mano después de un fantástico reverso. En esos momentos el resto de los jugadores en cancha –todos de raza negra– ya se habían echado a un lado. 


Y a un lado dejó Paul a ese ya vencido enemigo, con un bote por la espalda antes de enfilar el aro y rematar con una bandeja, celebrada con la misma efusividad por el público y los protagonistas del partido. La coronación del Príncipe Harry de Harlem en la jaula de la calle 145 con la avenida Lenox. 


Vaya por delante que el baloncesto de playground tiene, en no pocas ocasiones, más de espectáculo lúdico que de deporte serio (parte del show de Jorgensen transcurrió con un speaker casi pegado a él). Aunque también es de ley subrayar que el nivel de los principales protagonistas suele ser entre alto y altísimo. 
 

Ese mismo año, Jorgensen daría otra muestra de su talento: 18 puntos en la final sub-17 del prestigioso torneo veraniego Adidas Super 64, disputado, sobre parquet, en Las Vegas, donde su equipo, el New Heights, batió al Milwaukee Rebels liderado por... Kevon Looney (Warriors).


Muy interesado en las Ciencias Políticas, Paul decidió enrolarse en una universidad muy modesta en lo deportivo, George Washington, ubicada en la capital de Estados Unidos, donde pasó sus dos primeros cursos de formación superior. Y con la que en el último ganó el NIT, competición paralela al Torneo Final de la NCAA que disputan los mejores equipos que no logran plaza en el ‘gran baile’.

 

En los Colonials compartió vestuario con dos rivales actuales, Pato Garino (Estudiantes) y Kevin Larsen (Alicante). Con este volvería a coincidir en el Estudiantes (2022-23).

 

Paul butler 3
Jorgensen, en un partido con la universidad de Butler, en la que militó durante dos cursos


Aunque sus números no eran de otro mundo le reclutó un centro de más enjundia, Butler, al que en 2010 había situado en el mapa el equipo del técnico Brad Stevens (actual presidente de operaciones de los Celtics), el alero Gordon Hayward y el ala-pívot Matt Howard (llegó a jugar en el Olympiacos), que se coló primero en la Final Four de la March Madness y luego en la final, donde cedió ante la totémica Duke por 59-61. Un año después repetiría ruta, con derrota en el duelo por el título contra otro peso pesado, Connecticut (41-53).


Jorgensen disputó el Torneo Final en sus dos cursos (2017-18 y 2018-19), sin pasar en ninguno de la segunda ronda, con la universidad del estado de Indiana, donde el basket es religión (Butler juega en el icónico Hinkle Fieldhouse, conocido como ‘la Catedral de Indiana’ y que sale en la legendaria película ‘Hoosiers’). 


Curiosamente, en los Bulldogs sus estadísticas crecieron notablemente. En su año senior fue elegido Mejor Sexto Hombre de la potente conferencia Big East, merced a 11,7 puntos, 3,1 rebotes y 1,6 asistencias por encuentro. Como junior promedió 10,3 tantos, 3,1 rechaces y 2,5 pases de canasta. Entre sus compañeros estaba Kamar Baldwin (en el Baskonia la pasada campaña).

 

A Europa de cabeza

Sin embargo, la NBA pasó de Jorgensen. Nadie le eligió en el draft de 2019. Inició su carrera profesional en el Palencia (2019-20). La siguiente campaña jugó en el Madeira luso y en la 21-22 pasó por tres equipos: el polaco Bydgozcz, el FC Porto y el Oviedo. 

 

En todos anotando por encima de la decena de media, lo mismo que con el Estudiantes (2022-23) y el Orzinuovi (2023-24) de la A2 italiana y el pasado curso en el Fuenlabrada. En sus seis años en Europa, solo estuvo por debajo el primero y en los 10 partidos que disputó con el Kolossos griego en la 2023-24. 


El Príncipe de Harlem es ahora uno de los aspirantes a Rey de Primera FEB. Uno de los jugadores instrumentales en el objetivo del Básquet Coruña de regresar a la ACB. Larga vida a Jorgensen. 

 

Paul jorgensen feb dxt campeon leyma primera feb
El escolta del Básquet Coruña, en un lance de la final de los pasados playoffs de ascenso a la ACB | FEB

Leyma Coruña | Jorgensen fue rey por un día en la jungla neoyorquina del 'playground'

Te puede interesar