Histórica victoria de España, la primera en su palmarés, en un Campeonato del Mundo. La selección se impuso a Bulgaria por 3-1 para despedirse de Tailandia con el mejor de los sabores. Ya estaba eliminada, pero después de dar la cara frente a la favorita Turquía (0-3) y de quedarse a las puertas de dar la sorpresa frente a Canadá (2-3), las de Pascual Saurín querían dar un paso más y dejar su sello en un Mundial, la que volvían después de 43 años, para aprender y crecer.

La coruñesa Lucía Varela, formada en el Calasancias, volvió a ser una de las piezas clave del combinado nacional. Se fue hasta los 16 puntos, igual que en el encuentro frente a Canadá (más 10 contra Turquía), para ser la segunda máxima anotadora del encuentro por detrás de su compañera María Segura (17). Como siempre, fue un muro en la red, pero aportó mucha agresividad en el ataque y hasta dos puntos de saque, el primero para cerrar el primer set a favor de las españolas. Menos protagonismo tuvo Jimena Fernández, que venía de firmar una gran actuación frente a Canadá pero que sólo entró un par de minutos en el tercer set sin demasiado acierto.

La ambición y la energía de España fue determinante. El objetivo estaba claro. Poner esa primera pica en el escenario internacional al que llegaba como la selección con el peor ranking de todas las participantes, pero sabiendo que tenía más, que va a más. Sus ganas de ganar en un partido entre dos equipos que ya estaba eliminados declinó la balanza. Bulgaria por momentos parecía incluso ondear la bandera blanca, sobre todo en el segundo set. La selección española había dominado el primero (25-22), pero en el segundo se paseó (25-14).

Dominaba también el tercero, pero en la recta final cometió errores que permitieron a Bulgaria, casi sin buscarlo, volver a meterse llevándose el parcial (22-25) y forzando un cuarto set que por momentos despertó los fantasmas del encuentro anterior, contra Canadá, en el que también ganaba 2-1 antes de la reacción de las norteamericanas. No fue el caso de las centroeuropeas. España volvió a su juego y se fue yendo en el marcador ayudada por un par de remates espectaculares de Lucía Varela. Pero el punto definitivo, el que dio la victoria, estaba reservado para otra, una Patricia Aranda que a sus 46 años ha vivido de todo y que ha resistido a todo para hacer historia.