OPINIÓN | El jeroglífico de la delantera
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OPINIÓN | El jeroglífico de la delantera

OPINIÓN | El jeroglífico de la delantera
Samuele Mulattieri. FOTO Quintana

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Habemus ‘9’. Llegó Samuele Mulattieri, al que en primer lugar hay que desearle infinitamente mayor suerte que a su tocayo y anterior ‘9’ italiano del Dépor. Longo, el delantero de las once cesiones —durante los diez años en que (incomprensiblemente) perteneció al Inter— pasó con (muchísima) más pena que gloria por Riazor, además en una campaña que acabó con el descenso a Segunda B. Aquí jugó 15 partidos y marcó un gol, en Copa, a un equipo de Tercera y de penalti. Mulattieri no tiene complicado superar el impacto de su paisano que, dicho sea de paso, no dista en demasía del que está causando Mohamed Bouldini.


Por eso, para alcanzar las cumbres hacia las que se mira desde Abegondo hace falta bastante más que una simple mejoría con respecto al rendimiento de Longo y Bouldini. Eddahchouri ha dejado claro que es necesario mucho más que eso para arrebatarle la titularidad. El neerlandés marcó y asistió en Granada. Ante el Burgos no estuvo demasiado fino, pero sí mostró una vez más lo que mejor sabe hacer, crearse él mismo su chance. Lástima de su derechazo después de romper la cintura de Arroyo. Por lo que dicta YouTube —que ya sabemos que lo carga el diablo—, no es Mulattieri una alternativa al fútbol de movilidad, regate y pocas ganas de contacto de Eddahchouri. El juego del italiano guarda ciertas similitudes con el que hemos podido disfrutar del neerlandés desde su aterrizaje el pasado mes de enero.


Por eso, tengo dudas. En una Liga como esta, es innegociable disponer de algún ‘9’ que baje balones, que sea capaz de dar un respiro al equipo permitiéndole salir en largo cuando se sienta atosigado. No es una prioridad para un cuerpo técnico que prioriza dominar los partidos. Pero a lo largo de 42 partidos va a hacer falta no pocas veces. Si se queda Bouldini y no llega otro punta antes del próximo lunes tendremos la solución al jeroglífico. Pero no la solución a las carencias.

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