Guía de grandes remontadas de la última década para inspirar al Liceo
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Guía de grandes remontadas de la última década para inspirar al Liceo

Alcaraz en Roland Garros, Nadal en Australia los Cavs en la NBA, el Madrid en la Euroliga, los Patriots de Tom Brady... el deporte rebosa de ejemplos de que ‘impossible is nothing’
Guía de grandes remontadas de la última década para inspirar al Liceo
Ferruccio celebra un gol | Patricia G. Fraga

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En el deporte no hay imposibles. Impossible is nothing, que dijo el legendario Muhammad Ali y que Adidas convirtió en el eslogan de una de sus mayores y exitosas campañas publicitarias. Una frase que ha servido desde entonces para inspirar a miles de deportistas a luchar por sus sueños y que retumba como un eco especialmente cuando alguno logra una gran hazaña después de haberlo tenido todo en contra. El Liceo está en una de esas situaciones que requieren tirar de la épica. Nunca le ha ganado una final al Barça. Nadie le ha dado la vuelta a un 2-0 en contra en el último paso de la lucha por el título en el hockey sobre patines nacional (y tampoco hay muchos más ejemplos en el resto de deportes). Y el conjunto culé no ha perdido tres partidos seguidos desde que hay registros, incluso hay cursos que no suma este número ni entre todas las competiciones ni en todo el año. ¿Alguien da más? Dificilísimo. El mayor impossible is nothing de la historia.

 

 


“Imposible es solo una gran palabra utilizada por los débiles que encuentran más fácil vivir en el mundo que les han dado que explorar el poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho. Es una opinión. Imposible no es una declaración. Es un desafío. Imposible es potencial. Imposible es temporal. Nada es imposible”, fue el discurso completo de la leyenda del boxeo, nacido como Cassius Clay, fallecido en 2016 después de convivir durante más de cuarenta años con la enfermedad de Parkinson, prácticamente la única que pudo ganarle un combate. Su vida, ya no solo subido al ring, sino cuando se bajaba de él, hace que siga siendo uno de los personajes más relevantes de la historia del deporte. Y no hay que irse muy lejos ni remontarse mucho en el tiempo para encontrar ejemplos de aquellos que convirtieron en hechos sus palabras. Hace poco más de una semana, solo dos días después de que el Liceo redefiniera la palabra épica con un agónico final de partido en Rues, que Carlos Alcaraz le dio un raquetazo al “im” para destrozarlo y proclamarse en París campeón de Roland Garros por segundo año consecutivo

 

 

No podía estar en una situación más al límite. Perdió los dos primeros sets contra el número uno, Jannick Sinner (4-6, 6-7), que no daba muestras de flaqueza. En el tercero resistió (6-4) y ya en el cuarto resucitó de entre los muertos. Porque con 5-3 en contra sacaba y se puso 0-40. Tres bolas de partido para el italiano. No solo las levantó sino que se llevó la victoria en el tie break (7-6) y lo repitió en el quinto y definitivo (7-6). El mundo acababa de vivir la final más larga y cargada de epopeya sobre la arena parisina. A la altura de la del Australian Open de 2022, con otro español sinónimo de leyenda como es Rafa Nadal, que levantó dos sets en contra y un 3-2 y 0-40 en el tercero ante el ruso Daniil Medvedev.

 

PARIS (France), 08/06/2025.- Carlos Alcaraz of Spain celebrates winning his Men's final match against Jannik Sinner of Italy at the French Open Grand Slam tennis tournament at Roland Garros in Paris,
Alcaraz tras ganar la final en París hace una semana y media


“No sé jugar al tenis”, comenta Willy Duarte, exjugador, y exentrenador del Liceo y ahora directivo del equipo, que es más de pádel, “pero soy muy aficionado”. Por eso el coruñés sabe que es el clavo del que agarrarse. “En el tenis hay una máxima. Gana el que hace el último punto, no el que hace veinte seguidos. Es curioso. Vamos a pensar en el viernes. No quiero pensar en la eliminatoria ni nada más. Solo en el viernes. Hay que jugar”, añade.

 

King James


Fue la última gran remontada, pero la historia tiene muchas más que pueden servir de inspiración al Liceo. Por ejemplo, en el baloncesto, que es un deporte en el que tanto en España como a nivel internacional se suelen decidir los títulos en un playoff que es carne de cañón para que prolifere las literatura heroica. Si le preguntan a cualquier aficionado a la NBA, de hecho, la primera respuesta que les vendrá a la mente es la final de 2016. 

 

LeBron
LeBron James, campeón de la NBA con los Cleveland Cavaliers en 2016


Nadie había remontado un 3-1 hasta entonces. Menos cuando el rival jugaba el cuarto partido en casa y ya tenía preparada la fiesta, a lo Centenariazo. Pero la historia está para ser reescrita cuando se cruza entre sus páginas alguien como LeBron James. Sus Cleveland Cavaliers asaltaron la pista de los Golden State Warriors y ganaron dos partidos más, el último remontando en los dos últimos cuartos, para llevarse el anillo.

 

Real Madrid
Pelea en el partido entre el Madrid y el Partizán en 2023


El Real Madrid elevó el listón en la Euroliga de 2023. Porque perdía 2-0 la eliminatoria contra el Partizán de Belgrado después de caer en los dos partidos de casa. El segundo de ellos marcado por una batalla campal con Yabusele como protagonista negativo, ya que le hizo una llave de judo a Exum, al que agarró por la cabeza, por lo que fue sancionado con cinco partidos. Los blancos fueron al infierno de la capital de Serbia casi sin vida, pero esa chispa que había encendido la pelea prendió en el equipo. Fuego combate a fuego. Contra todo pronóstico  el conjunto madrileño ganó los dos duelos a domicilio y sentenció en su feudo el pase a una final a cuatro en la que se proclamó campeón.

 

Tom Brady
Tom Brady, campeón de la NFL con los Patriots en 2017


Volviendo a Estados Unidos, a un deporte como el fútbol americano que fabrica mitos como churros, la final de la Superbowl de 2017 ensalzó definitivamente a una de esas figuras que traspasan fronteras como la de Tom Brady. A falta de dos minutos para el último cuarto, los Atlanta Falcons ganaban por 3-28 a los New England Patriots. Ya se veían campeones. Ellos y la mayoría. Pero no Tom Brady. Hay jugadores para los que la palabra rendirse no entra en su diccionario. El genial quaterback californiano, que terminó el partido con 466 yardas de pase, nuevo récord en una final, comenzó entonces su recital, negándose a tirar la toalla. Una patada entre palos y dos touchdowns, que fueron acompañados por trasformaciones de dos puntos, llevaron el partido a la prórroga, en la que otro touchdown obró un milagro inimaginable. Como el que mañana busca el Liceo. Haberlos haylos. 

 

 

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