Sin tiempo apenas para descansar, el Liceo afrontaba su segundo partido en menos de 24 horas. Tras su victoria en la WSE Champions contra el Manlleu (1-3), el cuadro herculino se medía a un peligroso Voltregà.

El equipo catalán, noveno clasificado, quería la victoria para meterse entre los ocho primeros, mientras que las verdiblancas querían asegurar la sexta plaza e intentar esclara a la cuarta posición, que les permite disputar los playoffs.

Guardando fuerzas

Conscientes de que tenían que guardar energías, el Liceo empezó el partido proponiendo un juego lento y pausado. El Voltregà, por su parte, quería aprovechar ese esfuerzo que realizaron las verdiblancas y querían correr a toda costa.

El partido transcurría con estas dos propuestas de juego, pero parecía que la que se imponía era la local, pues eran las que creaban las ocasiones más claras, pero se topaban una y otra vez con Ariadna Escalas, que estaba imperial.

Sus compañeras intentaban castigar esos fallos de puntería, con alguna contra peligrosa, pero se les notaba algo faltas de ritmo y no terminaban de culminarlas. Ante esta situación, el Voltregà redobló esfuerzos y se volcó aún más en el ataque. Sin embargo, no encontraban la recompensa del gol.

En cambio, el Liceo si que lo encontraría, a falta de un minuto para el descanso, gracias a una gran jugada entre Alba Garrote y Marlena Rubio, que batiría a Otegi, para helar un Oliveras de la Riva muy encendido. Con este tanto, el plan liceísta salía a la perfección.

Todos al ataque

A la vuelta de los vestuarios, el Voltregà salió con todo. Quería recuperar la igualdad en el marcador y luego darle la vuelta. Pero, tenían un problema: Ariadna. La meta del equipo coruñés se mostraba infranqueable y eso frustaba a las jugadoras catalanas. 

A tal nivel llegaba esa frustación que, cuando el colegiado señaló una falta directa, equipo catalán, por medio de Anglada, iría sobrexcitada y se toparía, de nuevo, con la portera liceísta.

Pasaban los minutos, y Ari seguía haciendo paradas de todos los colores. Mientras, sus compañeras intentaban pausar el juego y crear buenas oportunidades. En una de ellas, estuvo a punto de poner el 0-2, pero entre la madera y Otegi lo impedirían.

Llegó el empate

Esta acción motivó al Voltregà que, un par de jugadas después, conseguirían igualar el partido con un poco de suerte. El disparo de Ferrán sería detenido por Ari pero la bola entraría igual en la portería, para decepción liceista.

Este tanto encajado espoleó a un Liceo que dejó de conservar energías. Las locales tampoco se iban a guardar nada y convirtieron el partido en un correcalles. Lo que beneficiaba y perjudicaba a los conjuntos.

Entre una de esas jugadas confusas, Cris Diz recibiría una azul, lo que ocasionó otra falta directa, que volvería a detener Ari. Y justo, una acción después, el árbitro mostraba otra azul, esta vez a Ferrán, por lo que el Liceo se podría adelantar de nuevo. Sin embargo, María Sanjurjo desperdiciaría la oportunidad.

Ahora ya no había táctica, era a todo o nada. Y en eso, el Voltregà tenía más que ganar. Y así estuvo a punto de ser, gracias a la décima falta del Liceo. Pero, como en las dos directas anteriores, Ari la volvería a detener certificando el empate.