El 12 de julio de 2025 será recordado como el día que el Ayuntamiento y la Diputación malagueños y la Junta de Andalucía renunciaron a que Málaga fuera sede del Mundial 2030 tras el anuncio del alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, "porque supone un riesgo para el club y para la afición y no merece la pena continuar".
Un sinfín de problemas, retrasos en poner en marcha las obras de remodelación de La Rosaleda y una decisión muy discutida por la afición malaguista del traslado al estadio Ciudad de Málaga para que el Málaga CF dispute sus partidos durante dos temporadas con un escaso aforo de 12.500 espectadores.
Los máximos dirigentes del PSOE, Izquierda Unida (IU) y Vox en Málaga han reaccionado con críticas al Partido Popular (PP) ante la renuncia de Málaga a ser sede del Mundial de Fútbol 2030 y con reproches al alcalde de la capital malagueña, el popular Francisco de la Torre. Se renuncia al suponer "un riesgo para el club y un problema para la afición y no merece la pena", ha anunciado el regidor tras reunirse con representantes de la Diputación malagueña y la Junta de Andalucía, otras dos instituciones propietarias del Estadio La Rosaleda, y la Federación de Peñas del Málaga CF. El secretario provincial de los socialistas malagueños y parlamentario autonómico, Josele Aguilar, ha asegurado que si Málaga es la ciudad de moda, "algo tendrán que ver los gestores en estos fiascos", dirigiendo una pregunta en tal sentido a De la Torre. También ha recordado que "Málaga no consiguió la Agencia europea del medicamento, la capitalidad europea de la cultura y la Expo 2027", a lo que añade que ahora se renuncia a ser sede del Mundial.
En julio de 2024, Málaga fue confirmada por parte de la Real Federación Española de Fútbol como sede oficial del Mundial que, además, tendrá como anfitrionas también a Portugal y Marruecos, decisión ratificada por la FIFA unos meses después, el 11 de diciembre.
Nueve ciudades españolas fueron las elegidas, entre ellas Madrid (Bernabéu y Metropolitano), Barcelona (Camp Nou y Cornellá), Bilbao (San Mamés), La Coruña (Riazor), San Sebastián (Anoeta), Zaragoza (La Romareda), Sevilla (Cartuja), Gran Canaria (Las Palmas)y Málaga (La Rosaleda).
Por lo tanto, La Rosaleda volvería a acoger un Mundial casi cinco décadas más tarde, ya que fue sede en la edición de 1982, cuando se disputaron tres partidos del grupo F en el que estaban encuadrados la antigua URSS, Escocia y Nueva Zelanda.
El proyecto, diseñado por el estudio de arquitectura Morph, pasaba por tener un estadio nuevo con capacidad para 45.000 espectadores, así como zonas de ocio, restauración, aparcamientos y un hotel. También se planteaba la posibilidad de instalar un césped como el del Santiago Bernabéu para hacer otro tipo de espectáculos y un techo retráctil, aunque cada día que pasaba el proyecto iba disminuyendo.
La maquinaria por parte de las instituciones propietarias de La Rosaleda se puso en marcha, aunque siempre hubo problemas burocráticos y dudas por la fuerte inversión que sobrepasaba los 300 millones de euros. A medida que pasaban los meses, el proyecto iba disminuyendo y por consiguiente el presupuesto, aunque los propietarios, que nunca consiguieron una financiación externa privada, deslizaban que la remodelación no llegaría a tiempo, concretamente para el 2029, un año antes de la cita futbolística.
Mientras, la sede del Málaga CF a partir de la temporada 2026-27, el estadio Ciudad de Málaga, tenía que ser adaptado para el fútbol, con normas de LaLiga y con el convencimiento que el aforo llegaría a unos 27.000 espectadores. Los trabajos de documentación continuaban por parte de las administraciones, pero las obras en el 2025 seguían sin empezar e incluso el convenio entre los propietarios para financiar la remodelación, 275 millones, tampoco se había firmado.
Hace dos semanas, el Ayuntamiento, la Junta y la Diputación presentaron el convenio y en la documentación señalaban que definitivamente el estadio Ciudad de Málaga tendría una capacidad solamente para 12.500 espectadores, lo que desató la ira y el enfado de la afición malaguista. Con esta decisión más de la mitad de los abonados (26.500) se quedaban sin presenciar en directo los partidos y el Málaga CF se vería seriamente dañado económicamente con unas pérdidas por temporada cuantificadas por el club en unos siete millones. El Ayuntamiento culpaba a la infraestructura viaria y de tráfico cercana a la estadio Ciudad de Málaga para albergar a casi 30.000 seguidores en los partidos del Málaga CF.
Desde ese momento, los acontecimientos se precipitaron, con revueltas de los aficionados con pancartas en alusión al alcalde Francisco de la Torre y el concejal de deportes, Borja Vivas. También hubo reuniones del alcalde con la Federación de Peñas Malaguistas y distintos colectivos para sondear el parecer de los aficionados, muy críticos con las instituciones. Después de unos días de incertidumbre, este sábado todo se consumó y Málaga no será sede del Mundial 2030, ofreciendo la posibilidad a Valencia, que se quedó fuera en un primer momento de la puja mundialista. Eso sí, las tres instituciones se han comprometido, ahora sin prisas, a que se construya un nuevo campo en otra zona diferente a donde se encuentra La Rosaleda, o que el recinto deportivo sea remodelado.