“Tenemos una plantilla amplia, tenemos que ir viendo a la gente. Me ha parecido que era el momento para ver lo que nos pueden ofrecer”, afirmó ante los micrófonos de la televisión Imanol Idiakez, antes del partido, sobre su decisión de incluir a Omenuke Mfulu e Iván Barbero en el once inicial en el Carlos Belmonte. La presencia del delantero almeriense era lógica, dada la baja de Mohamed Bouldini, el ‘9’ en las dos jornadas anteriores. Más sorprendente fue la inclusión del centrocampista franco-congoleño, quien disfrutó de su primera titularidad con la camiseta blanquiazul, tras acumular apenas 38 minutos en sus cuatro primeros encuentros con el Dépor. Sobre todo, porque desplazó al banquillo a José Ángel, que había jugado de inicio en las seis primeras citas del curso.
Mfulu se convirtió el 5 de agosto en el cuarto fichaje de cara a la temporada 2024-25. Su potencia física, posicionamiento táctico y capacidad para robar en la medular le convertían en un refuerzo fundamental de cara al regreso del Deportivo al fútbol profesional. Pero el puesto de mediocentro defensivo tenía dueño y el internacional con el Congo tuvo que esperar hasta ayer para hacerse un sitio en el once.
José Ángel es uno de los jugadores que gozan de mayor confianza por parte de Idiakez. Desde que llegó la pasada campaña, el sevillano ha formado una pareja prácticamente intocable en el centro del campo junto a Diego Villares. De hecho, el pasado curso solo se perdió tres partidos de la liga regular en toda la temporada y fue titular en los 35 que disputó. Este curso, se mantuvo intocable también durante las seis primeras jornadas. En cinco de ellas compartió el doble pivote con Villares, con una función más de contención por parte de José Ángel. Frente al Córdoba, su compañero en la medular fue Mario Soriano, con quien también formó pareja durante la segunda mitad del duelo con el Huesca y, del mismo modo, en el segundo tiempo del choque ante el Granada.
Las derrotas de la escuadra blanquiazul en los dos últimos duelos, ante el Córdoba (2-0) y el Burgos (0-2), la falta de solidez mostrada por el cuadro herculino y el bajón en el rendimiento del mediocampista andaluz —que ha perdido balones importantes en este arranque de curso— llevaron a Idiakez a sentar en Albacete a un jugador que parecía intocable y apostar por el músculo, la seriedad y experiencia de Mfulu.
El congoleño fue convocado en la primera jornada, pero no llegó a debutar. Lo hizo la semana siguiente, con once minutos contra el Huesca. En la tercera jornada disputó ocho minutos frente al Racing de Ferrol y una semana después solo tuvo uno ante el Granada. Se perdió el duelo con el Córdoba por una sobrecarga muscular y reapareció contra el Burgos con 18 minutos. En total, 38 hasta que ayer fue titular y aguantó 83 en el terreno de juego.
No se trata de un futbolista vistoso ni con capacidad creativa. Sin embargo, Mfulu destaca por su inteligencia, capacidad defensiva y en el Carlos Belmonte interpretó a la perfección lo que tenía que hacer. Manejó la línea, vigiló los espacios y se asoció muy bien con Villares, al lado de quien juntó correctamente al equipo en el posicionamiento de atrás hacia delante, lo que favoreció que el Dépor no se hundiera tanto como en los partidos anteriores y los ‘jugones’ disfrutaran de mayor libertad para mover la pelota y liarla en ataque.
El franco-congoleño, que se movió sobre todo en la zona ancha, tocó un total de 38 balones. El primero de ellos, nada más arrancar el encuentro, cuando protagonizó el primer remate del duelo, que tras pegar en un defensor manchego se marchó a córner.
Mfulu jugó fácil, sin complicarse, apoyando mucho a sus compañeros y dando pases, sobre todo en corto. De hecho, solo falló uno de los 31 envíos a sus compañeros, con un 97% de acierto.
El potente mediocampista no eludió el cuerpo a cuerpo. Ganó tres de los seis duelos por abajo y una de sus dos pugnas aéreas. Cometió una falta y sufrió dos. Una de ellas, muy dura en el minuto 36 por parte de Agus Medina, que le costó la cartulina amarilla al futbolista del conjunto manchego.
Una sola pérdida en todo el encuentro cometió el jugador de 30 años, que robó una pelota e interceptó un ataque del cuadro albaceteño.
Partido serio y entonado en líneas generales, aunque, al igual que a sus compañeros, le faltó algo de contundencia en la acción del segundo gol del equipo manchego.
La presencia de Mfulu fue fundamental para contener al ‘Alba’, que se vio incapaz de entrar por dentro, y ayudó a mantener la estructura defensiva.
Al finalizar el encuentro, Idiakez dijo que “Mfulu es un jugador con una gran experiencia, que viene de una temporada con pocos minutos, que llegó tarde, pero poco a poco se está poniendo en forma y ha hecho un magnífico trabajo”.
Su compañero Yeremay fue aún más gráfico.
“Mfulu es un animal, es un bicho, defiende mucho y ha hecho un partido muy bueno”, afirmó el canario.