La enfermería se vacía y llegan los dilemas
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La enfermería se vacía y llegan los dilemas

La presumible vuelta de Yeremay puede variar la posición de Soriano, que ha jugado de pivote y extremo. El míster medita cambios de piezas y en el esquema
La enfermería se vacía y llegan los dilemas
Yeremay, corre con Mario Soriano de fondo, durante el partido contra el Cartagena. Foto: Fernando Fernández

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El bendito problema del Deportivo de que se vacíe la enfermería plantea un dilema para Óscar Gilsanz. El mismo al que tuvo que enfrentarse su precedesor en el cargo, Imanol Idiakez, como técnico blanquiazul. Si como parece, a falta de confirmación en la convocatoria, Yeremay regresa a la lista, el míster betanceiro tendrá que decidir en donde ubica a Mario Soriano. El centrocampista asume que este año tiene que amoldarse a varias posiciones: “Al final lo que un jugador quiere es jugar y donde me ponga el míster voy a dar todo para conseguir la victoria y ayudar al equipo”.


Con la presumible vuelta del futbolista canario la cuestión es qué lugar ocupará Soriano. Si regresa Mfulu, que ante el Sporting se retiró con molestias, podría no tener sitio en el once si se mantiene el esquema de ataque (Yeremay y Mella como volantes, Lucas de enganche y Barbero en punta). 
Su encaje podría estar en si el que se va al banquillo es precisamente Barbero y es Lucas el que juega como referencia arriba. 


Un complicado galimatías al que el míster del Dépor busca dar orden en su mente, pero que reflexiona para sí mismo, consciente de que pronunciarse es dar pistas a su rival. “Lo que pasa por mi cabeza, no lo voy a decir. Sería dar demasiadas pistas. Estamos pensando diferentes situaciones y qué cosas podemos tener para cambiar el partido una vez iniciado. Le damos a veces demasiada importancia a los jugadores que salen en el once inicial. A veces los jugadores que salen desde fuera son fundamentales para el camino que puede tomar el partido en el último tramo. Hay que contar con esas posibilidades para elegir. Ese sudoku está en mi cabeza”, comentó en sala de prensa.

 

Ante ese difícil ajuste de piezas el míster aseguró que, con o sin ausencias, los técnicos siempre intentan alienar a sus mejores hombres, en función del plan de partido y cómo se encuentran estos: “Los entrenadores no nos podemos quejar cuando tenemos bajas y cuando están todos disponibles. Tenemos que elegir lo que creamos conveniente para cada partido. Elegir dependiendo de las sensaciones, de lo que es cada partido y también del estado de forma”. “Si hoy (por el viernes) fuese el partido y yo tuviera que decidir sin hablar con él y con el entrenamiento del miércoles, creo que (Yeremay) estaría disponible para jugar. En principio está bien. Hizo una buena sesión de entrenamiento el miércoles. Está bien y veremos sensaciones al llegar a Cádiz para ver si podemos contar con él de inicio o no”, comentó Gilsanz en su comparecencia de prensa antes del choque contra el los gaditanos. Lo hizo después de haber pasado de refilón en varias ocasiones por cuál era el estado de forma del internacional sub-21. 


Porque más allá de confirmar si contará o no con el extremo apeló a las tan manidas “sensaciones” para argumentar si finalmente se decantará por él y será uno de los elegidos en el encuentro de esta tarde en el Nuevo Mirandilla.  “Las sensaciones son muy importantes para los jugadores antes de un partido. Hay lesiones o molestias que las sensaciones son las que te indican si puedes jugar o no. Una molestias te hace que no te puedas tener la cabeza en el partido. La capacidad que tienen los futbolistas para jugar con molestias es mucha, pero abstraerse es difícil”, apeló.


Al margen de cómo se encuentra Yeremay de su dolencia, su lesión ha estado desde el principio rodeada de cierto secretismo. Ya en el inicio, cuando se sintió molestias en la concentración con la sub-21 se supo por boca de la Federación Española de Fútbol que eran en una rodilla. Regresó a A Coruña el pasado 17 de noviembre. Fue baja ante el Almería, tampoco estuvo en el choque contra el Sporting en Riazor, donde sí que le pudo ver en el palco. Pocas más apariciones para un jugador con dos semanas con trabajo personalizado, a cargo de los readaptadores del club. 


Después de seguir al margen el lunes y descansar el plantel el martes no fue hasta este miércoles cuando pudo volver, aunque de forma parcial, a entrenarse con el grupo. Hasta entonces, el Dépor no se había pronunciado. Ese día, por vez primera, además de informar de que su recuperación iba por buen camino, desveló que las molestias eran en la rodilla derecha.

 

 No hubo parte médico al respecto del estado de la misma, pero sí que trascendió que Yeremay había requerido la opinión de facultativos sobre esta dolencia. El jueves sí completó la sesión. Después de perderse los duelos contra Almería y Sporting y a expensas de cómo se sintió tras el entrenamiento de este viernes en las instalaciones El Rosal (la ciudad deportiva del Cádiz) la vuelta de Yeremay puede ser esta tarde una realidad. En el choque contra los asturianos ejerció en su posición por momentos el ‘comodín’ Soriano. “Cuando juego en la izquierda, tengo tendencia a ir para dentro. ‘Peke’ y yo somos muy distintos a la hora de jugar en la banda izquierda”, comentó en sala de prensa. 


Con más piezas que espacio que le queda para encajar en su puzle afronta Gilsanz su primera disyuntiva sensible en el Deportivo en la alineación. ¿Caben o no el tridente más Soriano, aunque sea fuera de su posición predilecta, en el once blanquiazul? 

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