El Dépor irá al mercado a buscar carácter
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El Dépor irá al mercado a buscar carácter

Tres de los capitanes del equipo blanquiazul esta temporada no estarán en el equipo el curso que viene
El Dépor irá al mercado a buscar carácter
Jaime y Pablo Martínez intercambian el brazalete de capitán en el último partido de la temporada entre Deportivo y Elche | Quintana

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El pasado 17 de marzo, cuando el Deportivo salió al césped de Castalia, un detalle llamó la atención de todos los que siguen el día a día del equipo blanquiazul. Después de varios partidos en los que Barcia había ‘heredado’ el brazalete de capitán cuando Diego Villares había sido sustituido, el central salía con el brazo sin ningún tipo de distintivo a pesar de estar en el once para medirse al Castellón y no estar el de Vilalba, baja por lesión. El portador de la banda fue en esa ocasión para José Ángel, que por primera vez llevaba la voz cantante. “Realmente es muy especial. Para mí es un orgullo haber podido llevar el brazalete del Dépor y lo que más feliz me pone es que faltando los capitanes, hayan pensado en mí. Yo siempre estoy a disposición del equipo y si creen que hoy debía ser capitán, pues adelante. Con muchísimo orgullo y contento con ello”.


Esta alegría del andaluz era la fachada de un tema más profundo y que tardó dos meses en resolverse. A mediados de enero, Lucas Pérez dejaba el Deportivo. Un vacío que por supuesto iba a notarse en el campo, pero también en un vestuario del que había sido líder durante el último año y medio. En un primer momento no hubo cambios. En parte porque con Jaime y Pablo Martínez participando poco, Villares tomó el relevo en el momento en el que encontró la continuidad. Hasta que tuvo que tomarse un respiro por problemas musculares. “Decidimos eso rápido en el campo, pero esta semana se habló algo más y por eso lo he llevado yo”, apuntó José Ángel en relación a la rotación más reciente, antes de señalar que la reordenación final sumaba también a Ximo Navarro a un quinteto en el que seguían los dos centrales y, por supuesto, el mediocentro gallego. Dani Barcia, habitual capitán en categorías inferiores pero que apenas sumaba un puñado de apariciones en el fútbol profesional, se quedaba fuera.

 

Pasaron dos meses desde la salida de Lucas hasta la suma de Ximo y Jurado


Dos meses se dilató la resolución de una carencia que, a unos días de que vuelva a abrirse el mercado, regresa de nuevo a escena como un factor importante a tener en cuenta para Fernando Soriano en la confección de la plantilla. Con las salidas de Pablo Martínez y Jaime, ya son tres los capitanes que han salido de la plantilla en los últimos seis meses, a lo que hay que unir la marcha de Mikel Balenziaga el pasado verano, al que todos coinciden en señalar como uno de los líderes en la sombra que fue clave en el ascenso.

 

Candidatos

Y es que quién lleve o no el brazalete no es tan importante como paliar uno de los déficits que a lo largo de la última temporada se ha detectado desde fuera del vestuario, pero también reconocen dentro de la caseta. Este Deportivo no estaba sobrado de carácter, hecho que se hizo más evidente en el momento en el que Lucas Pérez salió del grupo. El coruñés era la voz cantante y después de él costó encontrar figuras que asumieran el liderazgo de una plantilla en la que todos destacan, en todo caso, la gran calidad humana de sus integrantes.


Los primeros candidatos a dar un paso adelante están, por supuesto, ya dentro de la caseta. Se espera que Ximo Navarro y José Ángel mantengan galones, lo mismo que un Diego Villares que seguirá agrandando su figura como futbolista con más continuidad en el Deportivo actual. El de Vilalba, eso sí, es el primero en reconocer que su forma de liderar es diferente a la que se suele estilar en el mundo del fútbol. Por lo menos de puertas hacia fuera. “No se me da muy bien”, bromeaba en una entrevista concedida a DXT Campeon cuando se le preguntaba si gritaba. “Pero uno se va acostumbrando poco a poco. A veces tienes que pegar alguna voz, pero prefiero que lo hagan otros. Me gusta hacerlo con el ejemplo. Tanto entrenando como en el día a día. En todas las cosas, con bromas también cuando se pueden hacer... eso en un vestuario también ayuda e intento llevarlo un poco por esa línea. También estoy pendiente de la gente nueva para que se adapte lo más rápido posible al vestuario, que se sienta a gusto para que, al final, en el día a día estemos concentrados en el fútbol, que al final es para lo que estamos aquí”.


En la plantilla continuarán otros jugadores con experiencia y trayectoria suficiente como para asumir responsabilidad y tratar de complementar ese tipo de liderazgo ‘silencioso’ con uno más vocal. Es el caso de Helton Leite o de Sergio Escudero, que precisamente ya llevó el brazalete en el Valladolid que consiguió el ascenso a Primera División hace dos temporadas. 

 

A lo largo del último año han salido del equipo blanquiazul cuatro capitanes


Sin descartar a otros a los que la juventud puede restar opciones, pero cuyo peso específico a la hora de hablar de rendimiento compensa cualquier falta de recorrido: Yeremay y Mario Soriano. Ambos afrontan la campaña con 23 años y su crecimiento en el equipo por importancia en el caso del canario, y también por antigüedad por parte del madrileño, por lo que no hay que descartar que alguno pase a formar parte del grupo de elegidos que represente a la plantilla cuya media de edad en la última temporada estuvo entre las diez más altas de la categoría de plata.

 

Hidalgo, primera piedra

El tramo final de temporada, en el que el equipo cosechó cuatro derrotas consecutivas una vez consiguió el objetivo de la permanencia, fue la muestra definitiva de que el carácter competitivo del equipo debe ser una de las cualidades a mejorar en el próximo mercado. 


Esa mala racha que dejó una sensación agridulce para terminar el curso no gustó en la dirección deportiva, que ya ha tomado nota para afrontar el mercado teniendo en cuenta que, además de talento específico para cada posición, también valorará positivamente esa capacidad de liderazgo en los refuerzos que lleguen para unirse al nuevo proyecto, aunque eso no signifique que le vayan a entregar el brazalete nada más entrar por la puerta. Eso fue lo que sucedió, por ejemplo, en el caso de Balenziaga. Pero a lo largo de las últimas temporadas ha habido varios futbolistas que han marcado el tono competitivo sin necesidad de llevar nada en el brazo, precisamente como sucedió el primer año con un Pablo Martínez que acabó metiéndose en el bolsillo a partes iguales a grada y vestuario.

 

 

Realmente no hace falta que llegue el primer fichaje para saber que esa será una cualidad que prioricen Soriano y su equipo. Porque es precisamente eso uno de los puntos fuertes que tuvo peso en la contratación de Antonio Hidalgo. Más allá de valorar su buen trabajo en la pizarra y su adaptación a diferentes estilos y perfiles de jugador, desde el club coruñés han querido señalar desde el primer día que uno de los motivos del cambio en el banquillo y la elección del catalán se debe a “su liderazgo es exigente, claro y cercano, con una atención especial al plano psicológico del jugador.

 

Defiende la fortaleza mental como factor decisivo en el alto rendimiento y trabaja activamente en motivar al futbolista desde la confianza y el compromiso”. Porque si algo ha dejado claro el primer año de vuelta al fútbol profesional, que para triunfar en Segunda se necesita una dosis de carácter, individual y colectivo, tan importante como de talento y calidad. 
 

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