Tras su inesperada salida del Deportivo el pasado 22 de enero debido a un "desgaste anímico" y a sentirse "con poco apoyo y poco respaldo", según afirmó él mismo en su rueda de prensa de despedida, Lucas Pérez firmó con el PSV Eindhoven hasta final de temporada, pero las cosas en Holanda tampoco sucedieron como le hubiera gustado. Un total de 16 minutos fueron los que disputó el excapitán blanquiazul con el conjunto holandés, hasta que en marzo una tuberculosis le alejó definitivamente de los terrenos de juego este curso. Aún así, todas esas adversidades no le han quitado las ganas en ningún momento de seguir luchando y trabaja día a día para poder continuar su carrera profesional aportando su mejor vesión.
Alex Salmerón, coach de futbolistas de élite, ha sido y es el encargado de mantener a Lucas en forma desde el momento en el que salió del Deportivo y tras su precipitada vuelta de Holanda. Entrena tanto en su academia privada 'TH3STUDIO' situada en O Temple como sobre el césped de O Carrizo, la casa del Portazgo SD. Allí, en el verde del campo situado en A Zapateira, realiza ejercicio tanto físicos como con balón y se mantiene en forma a la espera de una oferta que encaje en sus planes. Además, también realizan salidas junto a otros futbolistas al Monte Xalo, una de las zonas más altas de la costa de la comarca coruñesa.
"Empecé a trabajar con Lucas el día después de salir del Dépor. Por la noche se pusieron en contacto conmigo y al día siguiente ya nos pusimos manos a la obra, eso al final también te dice mucho de Lucas como deportista. En Navidad tuvo gripe y estuvo bastante malo, perdió muchísimo peso y se le juntó todo un poco. La enfermedad con el sistema nervioso por las nubes por la gestión de cómo salió del Dépor. Al final eso a él le afectó muchísimo porque el Dépor para él es su casa, lo era todo, y de hecho apostó muchísimo por volver aquí y nunca se hubiese imaginado tener que salir de la manera en que salió. En la primera fase, cuando empezamos a trabajar, llevaba un mes en casa, prácticamente sin salir, había perdido muchísima masa muscular, fue llamativo. Se le notaba sobre todo en la cara y en las piernas que es lo primero que te llama la atención cuando le ves con ropa de deporte", explica Salmerón.
Desde ese mismo momento comenzaron a trabajar a la espera de que el delantero coruñés encontrara una oferta que le convenciera para continuar su carrera: "Lo que buscamos era crear una estructura de trabajo, una rutina lo más parecida a una dinámica de equipo. La idea era estar una semana, dos máximo, y que empezara en un equipo. Empezamos a conocernos, nos encontrábamos muy agusto trabajando y las sesiones estaban fluyendo bastante bien. Me acuerdo que justo esa semana estaba cayendo el diluvio universal en Coruña y fue un auténtico desafío. Que nos dejasen un campo para entrenar, buscar jugadores, porque al final al futbolista lo que le gusta es jugar al fútbol y yo tengo que gestionar eso, la carga de trabajo con meterle cosas dinámicas pero enfocadas siempre a lo que queremos trabajar ese día. No te voy a mentir, no fue fácil al principio, pero lo sacamos adelante".
A nivel más técnico, Salmerón explica cómo gestionaron los primeros días debido al estado en el que se encontraba Lucas tras un mes complicado tanto a nivel profesional como personal: "Lo que hicimos fue meterle en un gimnasio y ver un poquito su déficit a nivel biomecánico. Qué es lo que le falla y crear una estructura. Desde la estructura, crear unos microciclos de fuerza con la transferencia de la potencia y luego dinámicas en el campo de fútbol lo más parecido a una semana de competición, porque la idea era que volviera a un equipo cuanto antes y que no notase mucho el parón".
Lucas y Salmerón tuvieron que hacer una pausa en su camino juntos cuando llegó la llamada de PSV. Poco después, una tuberculosis le obligó a apartarse del equipo: "Al final surgió la opción de irse a Holanda. Él estaba muy atado al tema de Madrid, pero Holanda también era una muy buena opción. Irse a un equipo muy grande y competir al máximo nivel. Se fue para allá y a la vuelta nos encontramos con el tema de la tuberculosis. Cuando le levantaron el confinamiento, porque el tema de la tuberculosis en Holanda no la gestionan como en España, volvió para aquí y volvimos manos a la obra otra vez".
El 28 de mayo la entidad holandesa anunciaba la salida del delantero coruñés que terminaba contrato a finales de junio. En ese momento, Lucas ya se encontraba en A Coruña y mientras escucha ofertas de cara a la próxima campaña, continúa preparándose para lo que pueda venir en el futuro: "Todo el mundo sabe lo cabezón y lo terco que es, pero me sorprendió mucho, y recalco el mucho, su ética de trabajo, su ambición, su hambre por seguir sacando su mejor versión. Por jugar al fútbol, por demostrar. Al final él también lo dice, no es casualidad tener la edad que tiene y que siga en forma de la manera en la que está. A mi la verdad es que eso me sorprendió mucho y luego el gran corazón que tiene, como persona es sin duda un diez".
"Después de la enfermedad y de volver de Holanda nuestra forma de trabajo es parecida. Él lleva bastante tiempo parado, dos meses prácticamente por lo de la tuberculosis, y lo que intento hacer es lo más parecido a una dinámica de equipo. Volvimos a un par de semanas de estructura, de que volviese a coger esos estímulos de fuerza y esas sensaciones en el campo para empezar a trabajar duro. Volvimos a tener el Lucas con muchísima ambición, con muchísimas ganas de trabajar y de buscar oportunidades. Yo no hay día que no diga que esto no es para todos, y Lucas me lo demuestra. Que un deportista con 36 años esté así, al final dice mucho de él. El hambre que tiene por seguir jugando al fútbol, por demostrar y por romper con objetivos que se ponga, es digno de admirar. Estaremos unas semanas trabajando, se irá de vacaciones y luego haremos una mini pretemporada para que se una al siguiente equipo. Esto es un poco la idea y la forma que tenemos de trabajar", explica.
Además, Salmerón no quiere dejar pasar la oportunidad para agradecer el trabajo de Carlos Lariño, médico del Deportivo durante más de 17 años: "También me gustaría resaltar la figura de Carlos Lariño, el doctor que siempre estaba atento y dispuesto a ayudar, sobre todo leyéndonos las analíticas de Lucas para ver su cambio y para ver cómo evolucionaban sus valores, y al Portazgo por cedernos las instalaciones en todo momento", finaliza.
A pesar de ser madrileño de nacimiento, desde que llegó a A Coruña Álex Salmerón ha hecho de la ciudad herculina su nueva casa. Durante su carrera como coach de deportistas de élite, sobre todo de futbolistas, ha trabajado y asesorado a muchos jugadores de la cantera del Deportivo. Dani Barcia, Trilli, Noel López, Kevin Sánchez e incluso Yeremay Hernández se han puesto en sus manos para complementar el trabajo que realizan en Abegondo y lograr su mejor versión.
Además, a lo largo de los años también ha trabajado con otros exdeportivistas como Derik Osede, Domingos Duarte, Marlos Moreno, Adrián Ortolá, Miku, Álex Barba, Óscar Pinchi o Keko Gontán, caras conocidas del mundo del fútbol como Marcos Llorente o el coruñés Hugo Novoa y jugadoras del Depor Abanca como Olaya Rodríguez o ADT.