Óscar Cano y el Deportivo no vivieron su mejor tarde en el Reino de León, tras la derrota de los blanquiazules por la mínima.
Además, el técnico tuvo que lidiar durante el encuentro con cánticos pidiendo su dimisión, que se hicieron notar por el alrededor de 2.500 aficionados presentes en el campo.
Un enfado que fue notorio también a la salida del equipo del campo y del míster, al que volvieron a pedir su cese cuando se dirigía al autobús tras el encuentro.
El propio Cabo reconocía en sala de prensa que no era agradable escuchar ese tipo de manifestaciones, aunque precisando que era algo que le iba en el cargo y que la afición era soberana.