Pablo Trigueros: “Los filiales son inestables, pueden hacer un partidazo o tener un día malo”
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Pablo Trigueros: “Los filiales son inestables, pueden hacer un partidazo o tener un día malo”

Pablo Trigueros: “Los filiales son inestables, pueden hacer un partidazo o tener un día malo”
Tiene contrato hasta final de temporada y ampliable por más tiempo | quintana

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Nació en Madrid, aunque sus padres le registraron en un pequeño pueblo de Toledo, pegado a provincia de Cáceres, Herreruela de Oropesa, que en la actualidad tiene poco más de 300 habitantes. El nombre de esa villa procede del hierro y allí se forjó la infancia de Pablo Trigueros, pegado a un balón, como su primo Manu, centrocampista del Villarreal. El central del Deportivo creció en el Atlético de Madrid, estuvo a las órdenes del Cholo Simeone y ahora afronta su segunda etapa con Borja Jiménez como técnico, con el que ya había coincidido en el Rápido de Bouzas. Con la Ponferradina ascendió a Segunda, con el Mirandés se mantuvo en esa categoría y el pasado verano bajó una división para ascender en otros aspectos.


Reapareciste ante el Rayo Majadahonda tras lesión. ¿Cómo te encuentras?

Mejor, cogiendo ritmo poco a poco. Físicamente es lo que lo que más se nota por estar parado este tiempo y estoy contento de volver a sumar minutos. Además, volví justo en el Cerro del Espino, donde estuve muchos años con el Atlético de Madrid, desde pequeñito. Allí me desarrollé como futbolista, en esa cantera. Guardo un recuerdo buenísimo de todo ese tiempo.


No llegaste a debutar con el primer equipo del Atlético, pero imagino que sí en algún entrenamiento.

Todos los años tiraban del juvenil para subir jugadores a los entrenamientos y durante dos años estuve entrenando con los del primer equipo.


¿Cómo es el Cholo en el día a día?

Es muy exigente en el trabajo, aprieta mucho al jugador para sacarle el máximo rendimiento, que al final es la clave.


Luego pasaste al Rápido de Bouzas y coincidiste con Borja Jiménez en una gran temporada para el club.

Me encontré muy bien allí, fue una experiencia muy bonita. Era un equipo que, a lo mejor, no estaba hecho para estar arriba y creo que fue un año maravilloso. Fue todo rodado. Sí que es verdad que no nos dio para meternos en el playoff, no dimos ese pasito, pero estoy muy contento.


Más tarde, Ponferrada y el ascenso a Segunda.

Subir a Segunda División fue precioso y también me encontré muy bien en la ciudad. La Ponferradina es un equipo que está haciendo las cosas muy bien en una ciudad, digamos, pequeñita.


La temporada pasada, el Mirandés.

Es un club que ficha jugadores jóvenes con mucha hambre y mucho, mucho futuro. Había un gran equipo y creo que podíamos haber llegado un poquito más arriba de lo que lo que estuvimos, que había equipo para más, pero no se dio. No sufrimos en ningún momento y eso que es una categoría complicada.


Vine aquí con el objetivo de ascender y estar con el Depor en Segunda


En verano, digamos que diste un paso atrás en categoría, aunque igual no en club. ¿Cómo lo valoras?

Creo que es un equipo muy profesional, incluso más que muchos de Segunda y que ahora esté en Primera RFEF no quiere decir nada. No lo considero un paso atrás. Vine aquí con el objetivo obviamente de ascender, sumar minutos y poder estar con el Deportivo en Segunda el año que viene.


¿Qué valoración haces del primer tramo de la temporada a nivel personal?

Siempre hay que estar a disposición del entrenador. Hay que estar preparado para cuando toque jugar.


Te lesionaste cuando volvías a la titularidad, ante Unionistas, un partido para olvidar.

Creo que tuvimos ocasiones para hacer el 0-2, pero nos empatan y el segundo nos hace un poco de daño. El campo tampoco acompañaba, pero bueno, no creo que fuese un resultado que mereciésemos. Se dio como se dio, pero creo que si volviésemos a jugar no se repetiría.


Allí comenzó un bache de resultados que en las últimas jornadas se ha contrarrestado y está olvidado.

Yo creo que todos los equipos van a tener rachas negativas y positivas. Nosotros ahora estamos en una buena, como tuvimos al principio. Hay que aprovechar la dinámica positiva y sumar el mayor número de puntos. Si seguimos en esta dinámica, estaremos en el objetivo cuando acabe la temporada.


Si seguimos en esta dinámica, estaremos en el objetivo al final de temporada


Jaime Sánchez subió el listón del objetivo: ascenso directo.

Está claro. Vamos a ir partido a partido y ver cómo va pasando el año. Ahora estamos muy bien pero tendremos también momentos en los que costará más sacar los resultados y obviamente todos queremos el ascenso directo porque luego el playoff no es una lotería pero sí es más complicado al tener eliminatorias.


Se ha abierto un poco de brecha, pero la clasificación está apretada.

Está todo muy igualado. Hay equipos que tampoco se desinflan, que siguen ganando de tres en tres y que han tenido buenas rachas. Ahora, nosotros tenemos que aprovechar la nuestra y en casa intentar sumar otros tres puntos en el partido con el filial del Athletic de Bilbao.


En tu puesto, Adrián Lapeña está con cuatro amarillas. Una opción para ti.

Bueno, ahora mismo también está la Copa del Rey, hay sanciones... yo voy encontrando ese ritmo, cogiendo sensaciones y quiero estar lo antes posible al nivel de mis compañeros. No es fácil salir de una lesión; hay que coger el ritmo de competición lo más rápido posible.


Es el único jugador de campo que lo ha jugado todo.

Está bien, al igual que la línea defensiva en general. Creo que estamos haciendo un buen trabajo. Llevar seis goles en contra no es fácil. Al final es un trabajo de todo el equipo, portero, defensas, medios, delanteros... Y me alegro por Adrián y por todos. Estamos siendo bastante seguros a nivel defensivo y ojalá sigamos así.


Queremos el ascenso directo porque luego el playoff es más complicado


¿Qué tal con Borja, cómo es en la distancia corta?

Es un técnico que habla mucho con sus jugadores, se enrolla mucho con todos.


¿Qué supone tener el apoyo de 20.000 en Riazor o de mil en partidos como el del domingo pasado en Primera RFEF?

Es una ayuda impresionante. La afición te enchufa. Creo que es un plus. Estoy contento de que haya esa masa aquí, en este en este gran club.


Hay que tocar madera para que no vuelvan las restricciones.

Se está volviendo a poner un poco la cosa complicada, pero esperemos que no haya. Al final los campos son al aire libre... otra cosa será en espacios cerrados. Ojalá no toquen lo bonito del fútbol.


Llevar seis goles en contra no es fácil; al final, es un trabajo de todo el equipo


Hablabas antes de la Copa, ¿cómo os la tomáis?

Con la misma seriedad. El formato es bonito, luego puedes enfrentarte equipos de superior categoría y creo que hay que competir y tratar de avanzar lo máximo posible porque por club y jugadores nos viene bien a todos.


Antes de esa cita, la visita de un filial. Tú has estado en el del Atlético. ¿Son más peligrosos?

Son más inestables, pueden hacer un partidazo o tener un día malo. No te puedes fiar. Pero en todos los filiales hay jugadores que en algunos años estarán en otra categoría y creo que hay que tener cabeza y hacer buenos los tres puntos de Majadahonda. Aunque vayan abajo ahora te pueden poner las cosas muy complicadas.


¿Cómo te sientes en A Coruña?

Muy cómodo. Es una gran ciudad y estoy encantado. Soy de ciudad y venía de estar en sitios más pequeñitos.


¿Cómo es Pablo Trigueros fuera del campo?

Es difícil definirse a uno mismo, pero me considero muy amigo de mis amigos, parezco muy serio en mi trabajo, en el fútbol, pero luego soy una persona normal, muy abierta, muy campechana.


La relación es muy buena; no hablamos de fútbol


Trigueros sueña con “ascender” con el Deportivo a Segunda División. Desde pequeño, como todos, pensaba en Primera. A esa categoría ha llegado su primo Manu, que la próxima semana podría jugar en Riazor contra el Victoria.


Los dos primos y el hermano de Pablo jugaban en el pueblo en verano. Cuestión de sangre. “Por parte de mi padre, los tres hermanos (Julio, Manolo y José Antonio) fueron futbolistas y los hijos hemos dado continuidad”, asegura. Su progenitor, Julio, llegó a Segunda B con el Talavera, aunque entonces había dos grupos, y su tío Manolo, el padre de Manu Trigueros, estuvo en Segunda con el Atlético Madrileño y el Granada.


“Con Manu la relación es muy buena, lo que pasa es que solo nos podemos ver en verano, pero bueno, sí, siempre que podemos nos juntamos la familia y hablamos de nuestras cosas, no de fútbol”, explica el central del Deportivo, que tiene dos años menos que su primo del Villarreal.


En Herreruela de Oropesa, jugaban pachangas cuando se jugaban en su casa o la de su primo. Allí, Manu tiene una plaza y una calle con su nombre. “Él lleva ya muchos años en Primera División”, justifica Pablo, que por ahora no aspira a tanto como su primo, pero echa el guante: “Si quieren poner mi nombre a otra, encantado”, sonríe el jugador blanquiazul, que en este primer tramo de la temporada ha participado en cinco encuentros, dos de ellos como titular y uno, completo.

Pablo Trigueros: “Los filiales son inestables, pueden hacer un partidazo o tener un día malo”

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