Álvaro Morata fue sincero el pasado domingo al final del partido de España ante Suecia tras erigirse en el protagonista después de marcar el gol del triunfo que garantiza al combinado su presencia en el Mundial del próximo año.
El delantero madrileño dijo textualmente que “Catar es donde teníamos que estar. Tampoco hay que celebrar más de la cuenta, España tiene que estar en todos los Mundiales”.
El ariete no engaña a nadie y tiene toda la razón al hacer este tipo de declaraciones, ya que jugarse el pase en la repesca, aunque después se logre la plaza, sería una gran decepción, por no llamarlo –sin paños calientes– fracaso.
Muchos son de la misma opinión y consideran que lo mínimo que se le podía exigir a la selección de Luis Enrique era la clasificación al concluir la fase de grupos, y más viendo los rivales enfrente (Suecia, Grecia, Georgia y Kosovo). A pesar de ello, el billete se ha resistido hasta la última jornada de las ocho programadas.
Ahora lo que suceda en el país asiático dentro de doce meses ya será harina de otro costal.
