El entrenamiento más exigente del Deportivo esta semana, el de ayer en la Ciudad Deportiva de Abegondo, dará paso hoy al más táctico, a puerta cerrada en Riazor, el escenario que ayer acogió el partido de la Champions juvenil entre el conjunto coruñés y el Maccabi Haifa.
El entrenamiento comenzó con un trabajo físico intenso de la mano del preparador de esa parcela en el primer equipo, Luis Fandiño.
La plantilla se dividió después den tres grupos para completar un circuito físico con finalizaciones antes de que el míster blanquiazul, Borja Jiménez, cogiera la batuta de la sesión de trabajo,
Fue entonces cuando organizó un partido táctico a tres cuartas partes del segundo campo de la Ciudad Deportiva en el que apenas dio pistas de lo que puede presentar ante el la UD Logroñés. En la teórica defensa titular, por ejemplo, estaban los habituales, Lapeña y Jaime Sánchez, pero con novedades en las bandas, con la presencia de Trilli y de Diego Aguirre.
En la última parte de la sesión de trabajo, el cuerpo técnico preparó un torneo de fútbol con cuatro equipos de seis jugadores (cinco de campo y un portero). Había dos partidos en simultáneo, pero con diferentes condiciones de juego. Después de un par de pachangas para “ordenarse”, comenzaron los duelos, muy intensos.
Ganaron los amarillos: Mario Soriano, Borja Granero, Juan Carlos Menudo, Diego Villares y Alberto Benito.
“Mucho ritmo y poca palabra”, arengó el míster, que ante las reclamaciones de penaltis les dijo que ya eran “mayorcitos” para pitarlos. “Si saltas como una rana, no te lo van a pitar”, le dijo a William. Fluyó el buen ambiente, también en la tanda de penaltis que decidió el segundo puesto.
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