Un punto contra el Racing Villalbés, a pesar de que el partido se jugase en Abegondo, no es algo dramático. Pero el Fabril jugó más de 80 minutos con un hombre más, no fue capaz de generar ocasiones de gol claras, ni siquiera de provocar que el rival se sintiese incómodo. El nivel individual de algunos de los futbolistas del filial fue sorprendemente negativo.

Óscar Gilsanz no es un entrenador de revoluciones, de grandes cambios, de apoyarse en el efecto sorpresa a la hora de plantear un partido. A nivel táctico no hubo novedades y, en cuanto a nombres, solo llamó la atención la posición del central Juan Rodríguez en el lateral izquierdo y que Brais Val y Fabio formasen la primera pareja de mediocentros de la temporada. Peke, convocado el sábado con el primer equipo, fue el extremo izquierdo titular. Los demás fueron los esperados.

En el Villalbés, Simón Lamas (1-4-4-2) optó por Ángel Fraga y no Rumbo en la portería, por López de central y José Varela de lateral y por la pareja ofensiva Dani Pedrosa-Otero esperando Cuadrado, que sería uno de los nombres propios del encuentro, en el banquillo. Cuatro de los fichajes del Racing –Ángel Fraga, Tomé, Vela y Otero– fueron titulares en Abegondo.

Los primeros avisos fueron del Villalbés, que encontró todas las soluciones del mundo en Dani Pedrosa, el mejor del partido. Desde el portero, desde los centrales, todos los envíos aéreos iban dirigidos al ex de Cerceda, Valladolid B o UD Ourense, entre otros. 

Recibía balones teledirigidos entre Barcia y Juan Rodríguez y, a partir de ahí, controlaba de pecho, prolongaba para Vela, dejaba de cara para un mediocentro... Sobrado. Pero no solo eso, cada vez que tenía la bola en los pies encaraba una y otra vez y así llegó la primera ocasión de la tarde: conducción vertiginosa desde la medular y, en la frontal, finalización imprecisa con el exterior.

A falta de goles, la acción más importante del partido llegó en el minuto 15, cuando Davo ganó una disputa aérea a López y se encontró con el esférico en ventaja para correr hacia el área del Villalbés. El central visitante, como último hombre, persiguió y derribó al delantero blanquiazul. Extremadura Hernández, el árbitro gallego al que más le queman las tarjetas rojas, desenfundó sin dudarlo. El conjunto de Simón Lamas jugaría la media hora restante del primer tiempo y todo el segundo con diez.

No fue un problema mayúsculo para el Villalbés, que se recompuso en un 1-4-4-1 con Javi Varela de central, Ángel Casanova de mediocentro –ofreció un nivel sensacional en esa posición– y Otero en la banda izquierda. Lejos de sufrir, el equipo de Simón Lamas controló el partido a su manera. Cierto es que Peke, en la falta de la expulsión, mandó la pelota al palo y que Davo, tras un giro en un santiamén, tuvo una buena ocasión, pero la escuadra visitante no sufrió en exceso y también tuvo una clara: derechazo de Ángel buscando la escuadra que Alberto escupió a córner.

Puede que el cuerpo técnico del Fabril creyese que con el paso de los minutos acabaría desgastando a un Villalbés obligado a realizar un esfuerzo más que importante teniendo en cuenta la inferioridad numérica y la jornada 1. No hubo alternativas en cuanto a sistema para tratar de sorprender y los primeros cambios fueron hombre por hombre: Mella (debut en Tercera siendo juvenil de primer año) por Peke y Runy por Víctor Guerra. Después entraron Sanmartín por Fabio y Cambón por Juan Rodríguez, que estuvo más que incómodo y desafortunado como lateral izquierdo, midiendo mal, llegando tarde, tomando malas decisiones... Barcia, que empezó de central y acabó en ese carril zurdo, también dio facilidades a los atacantes del Villalbés. Concretamente a Javi Rey, que sirvió dos caramelos a Cuadrado. El delantero visitante falló las dos más clamorosas del partido. Sí, el Fabril, que necesita mejorar, salvó un punto contra diez.