Lo bueno que tienen las figuras del fútbol que llegan a edades otoñales es que pueden presentar un historial de éxitos muy abultado. Muchos clubes creen que esos jugadores van a ser capaces de recuperar su mejor época en otros equipos y aquí puede estar el error.
Por su parte, los jugadores maduros saben que les queda poco tiempo para jugar al fútbol y se afanan en conseguir un buen contrato final que les retire del campo con un suculento emolumento económico. Para ello se mueven los representantes tratando de vender mercancía caducada a precio de oro.
Más difícil es entender la postura de algunos clubes que someten -o eso parece- a estos jugadores a severos reconocimientos médicos para asegurarse que su compra no es estéril.
Por eso es complicado entender algunos movimientos del mercado que no conducen más que a la frustración. Ejemplos los hay en el fútbol mundial y también muy cerca de Riazor.
Recordemos cuando Jorge Andrade pide salir del Depor destino a Turín porque tiene una oferta importante de la Juventus. El bravo central portugués sabía que tenía la rodilla maltrecha y poco podía rendir en tierras italianas. Aun así, los juventinos pagaron 15 millones de euros para hacerse con los servicios de un jugador que había sido un destacado defensa en el Oporto y en Deportivo. El resultado fue que en Turín estuvo sometido a continuas lesiones que le impidieron defender los colores de los bianconeri. Otro tanto podemos decir de Fernando Redondo y su paso del Real Madrid al Milan donde pasó sus dos primeros años en blanco y sólo disputó unos 15 partidos en sus dos últimas temporadas.
Otro caso cercano es el de Manteca Martínez. Obligado a moverse en el mercado por el fichaje traicionero de Rivaldo por el Barsa el último día del mercado, el Depor de Lendoiro se vio obligado a acudir con urgencia al mercado invernal para realizar un par de fichajes balsámicos. Llegaron Abreu y Manteca, este último con la rodilla hecha trizas. El resultado es que apenas completó tres partidos en el cuadro blanquiazul.
Viene al caso recordar estos fracasos programados para mirar hacia el PSG y su flamante contratación de Sergio Ramos. El camero jugó su último partido -lesionado- en Londres frente a Chelsea en el mes de marzo. Fue descartado para ir a la Eurocopa con la selección y desde su llegada a París no se sabe ni cuando debutará ni el alcance de su lesión. ¿Estaremos ante una nueva estafa programada?