La labor del Delegado de Campo
lll
17º-23º

La labor del Delegado de Campo


Usuario

L os que hemos tenido alguna experiencia en esa faceta, sabemos de la difícil tarea de un Delegado de equipo o de campo en cualquier deporte y principalmente en el fútbol. Baste recordar los errores cometidos por el Delegado del Real Madrid, Chendo, o el del Valencia, Sol, ambos por consentir una alineación indebida, para darse cuenta de la repercusión de sus actuaciones

El Delegado nunca sale destacado, salvo que cometa algún fallo importante. Le toca defender la labor arbitral y frenar al cuerpo técnico y jugadores del banquillo en sus reclamaciones y hacer las sustituciones en tiempo y forma. Debe responsabilizarse de que el terreno esté en buenas condiciones, que las redes de las porterías no estén rotas o que el punto de penalti esté bien situado. Fuera del terreno de juego presenta las fichas a los árbitros y firma las actas, vigilando que todo sea correcto. En los desplazamientos es el encargado de viajes y alojamientos, entre otros muchos cometidos.

Los Delegados solían ser los propios directivos del club, que se alternaban en los desplazamientos y que tenían una presencia efímera como su puesto en la Directiva. Todos recordamos en los banquillos del Deportivo a los Lucho Barros, Avelino Otero, Pereira Revuelta, Mosteiro, Enrique Ponte, Manuel Pedreira, Manuel Raposo, Emiliano Moreno o Pepe Guillín ‘el delegado de la suerte’, entre otros muchos.

Por todo lo anterior, que el Delegado del RC Deportivo Juan Ángel Barros Botana haya llegado a la treintena de temporadas en el cargo, sin incidentes conocidos, no deja de tener un mérito grande.

Barritos, como así se le conoce, empezó a jugar al fútbol en el Oza Juvenil y ha sido árbitro, llegando a ejercer de juez de linea en Segunda y Primera División. Concretamente en la temporada 85/86 acompañaba a Raúl García de Loza en aquel partido de San Mamés en el que Schuster marca un gol de corner para el Barcelona, lo que provocó serios incidentes y el cierre del campo del Athletic de Bilbao, o el botellazo que recibió como juez de línea en un Sevilla Real Madrid. También formó parte del Comité Territorial Gallego de Árbitros antes de colgar el silbato. Como Delegado de campo se estrenó con el Deportivo el 9 de febrero de 1991, en partido contra el Rayo Vallecano y desde ese día ha realizado esa función en más de 1.400 partidos oficiales, que ya es un logro. Le tocó lidiar con el incendio de la cubierta de Riazor en el Deportivo-Murcia de aquel año, ascenso incluido; disfrutó del primer título liguero en la temporada 1999/2000, así como de todos lo que tiene el Club; viajó por media Europa en la copas UEFA, Recopa y Liga de Campeones, y cruzó el charco para los partidos disputados por el Deportivo en América. En dos ocasiones fue premiado como el mejor Delegado de La Liga. Pero su carrera deportiva ha sido como una montaña rusa: comienzos en Segunda División, dieciocho años en Primera, etapa cumbre en la Champions, para descender a las profundidades en los campos de Segunda, Segunda B y retirarse finalmente con el equipo en la 1ª Federación.

Como dice la página oficial del Club: “¡Gracias Barritos por lo que has representado para el Deportivo y el deportivismo en las tres últimas décadas!”

La labor del Delegado de Campo

Te puede interesar