Desde el primer día, dejó muestras de su humor en los entrenamientos, un técnico cercano a los jugadores y dialogante, pero también firme.
Borja Jiménez es del mismo año, 1985, que Álex Bergantiños, al que le lleva unos meses (nació en enero y el de la Sagrada Familia lo hizo en junio).
Ayer, fue uno de los primeros en llegar al campo en el que se desarrolló la primera parte de la sesión de trabajo en la Ciudad Deportiva de Abegondo. Bromeó con sus ayudantes y después demostró que también tiene talento en los pies. “Te está grabando la cámara”, le recordó uno de los componentes del staff porque cada sesión se filma. Y se gustó danto toques al esférico, varios intentos hasta que al final salió uno redondo.
Cuando asumió el mando de la jornada de trabajo, tuvo que explicar un par de veces uno de los ejercicios para que a los jugadores les quedara claro. Y ya con la sesión finalizada, hizo que llamaran al portero Brais, que ya iba camino del vestuario, para que regresara al césped y se llevara, como Trilli y Noel, unas cuantas collejas y felicitaciones por la llamada de la selección española sub-19, que ha apostado por la cantera deportivista, por los campeones juveniles.
