La fiesta del Teresa Herrera en 1984
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La fiesta del Teresa Herrera en 1984


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Este fin de semana vamos a volver a juntarnos todos los amigos. Supongo que seremos los doce de siempre. Eso por lo menos. Nos juntaremos, hablaremos, tomaremos algo y nos pondremos de acuerdo para ver cómo lo vamos a organizar este año.

Es lo que tiene el Teresa Herrera. Que nos vuelve a juntar a los amigos unas semanas antes de que se inicie la Liga. Vamos a ver a unos grandes equipos en esta edición de 1984. Viene el Athletic, campeón de Liga y Copa, la Roma, campeón de Copa y subcampeón de Liga y de la Copa de Europa. Y también vienen el Vasco de Gama y el Manchester United. Un cartelazo el de este año.

Vamos a disfrutar de buenos partidos durante tres días y nos vamos a dar el ya habitual atracón el día de la final. Y es que no se entiende un Teresa Herrera sin su faceta gastronómica, sin su homenaje culinario en el descanso entre los dos partidos que se juegan ese último día.

Muchos prefieren llegar al campo en la mitad del partido por el tercer y cuarto puesto, pero nosotros no. A nosotros nos gusta llegar pronto y ya ir colocando las cosas. Lo bueno vendrá después… Los días anteriores vamos organizando la logística: uno se encarga de las empanadas, que con dos o tres grandes para los doce que somos es posible que lleguen bien.

A otro le toca el tema tortillas, que volvemos a lo mismo, supongo que cuatro podrán llegar. También hay que llevar pan, encargarse de llevar algo de queso y jamón o chorizo por si a alguno le apetece hacerse un bocata. Tampoco falta algo de postre, unos pastelitos o alguna cosita así. Lo de la bebida es más fácil porque casi todos tenemos una bota de vino y basta que tres o cuatro la lleven para poder estar bien ‘abastecidos’. El vino se rellena en casa, por supuesto.

Y luego con llevar unas botellas de agua pienso que llegará. Teóricamente no se pueden meter botellas de plástico en el estadio, pero pienso que no habrá ningún problema. A nadie se le ocurre tirar nada porque allí vamos todos a pasarlo bien, a disfrutar del espectáculo, de la comida, de los amigos y a convertir aquello en una fiesta. Y si encima hay muchos goles, pues nada, jornada redonda.

Ese es nuestro plan. Y no difiere mucho del que hacen otros, que llevan marisco, ensaladas, sardinas, raxo… lo que se les ocurra. Y no es raro el día en que nos piden tortilla, en que nosotros les pedimos un poco de pan. Muy buen rollo. Ojalá este ambiente perdure para siempre.

Han pasado 37 años y hoy domingo 8 de agosto de 2021 vuelve el Teresa Herrera. Nada es igual que entonces, lamentablemente. Lo que antes era un cuadrangular formado por el mejor equipo español del momento y los mejores europeos y suramericanos ahora ha pasado a ser un partido entre el Deportivo en las horas más bajas de su historia y otro equipo.

Hasta estos últimos años ese equipo era de cierto nivel: Villarreal, Athletic, Betis, West Bromwich… pero este año el rival se llama Ponferradina. Un equipo que, por supuesto, merece todos mis respetos. Entre otras cosas porque milita en una categoría superior a la de nuestro Depor. Pero eso sí, después de ver a los mejores equipos del mundo en este trofeo, la decepción es mayúscula. Ahora es difícil repetir aquellos cuadrangulares. Las ligas empiezan mucho antes y agosto ya no es un mes de pretemporada y los equipos ya no están para estos torneos. Y encima la pandemia que no nos permite ni llevar un bocadillo al estadio.

Eso sí, hoy estaré en Riazor. Y es que el Teresa Herrera sigue significando para mí la mayor fiesta del fútbol en verano.

Aunque no me dejen llevar ni el bocata.

La fiesta del Teresa Herrera en 1984

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