Durante el verano siempre destacan dos competiciones por encima del resto: el torneo de Wimbledon y el Tour de Francia. Uno ya ha finalizado (suscitando poco interés para el nivel habitual) y el otro está sentenciado desde la primera semana. Si no ocurre un milagro, el esloveno Pogacar va a renovar su reinado en la prueba francesa y, de paso, demostrará que hoy por hoy es el número uno y que le esperan muchos años en ese puesto.
Por otro lado, el grueso de la afición deportiva acaba de disfrutar tanto de la Eurocopa de Naciones como de la Copa América. El nivel futbolístico ha sido mejorable, pero especialmente la competición europea ha tenido un notable grado de interés y seguimiento por parte de los aficionados. Que incluso, por qué no decirlo, han disfrutado en determinados momentos cuando los comienzos hacían esperar algo distinto.
Pero el máximo acontecimiento de este año es la disputa de los Juegos Olímpicos de Tokio, que se celebran con un año de retraso por culpa del covid. El retraso de este año no se acumula para futuras citas olímpicas. De esta forma, París albergará las Olimpiadas de 2024 y Los Ángeles conserva el privilegio de organizar las de 2028.
Ciertamente, mucho han cambiado los Juegos Olímpicos, tanto en su espíritu como en su organización, desde hace unos cuantos años. Fue quizá durante la primera parte de la década de los setenta del pasado siglo cuando se dieron los primeros pasos tanto para aumentar la competitividad como para sacar rendimiento económico, principalmente con la publicidad. Las marcas empezaron a patrocinar todo tipo de actuaciones y el profesionalismo (primero, disfrazado, y luego, abiertamente) empezó a abrirse camino. A partir de ahí, los deportes más destacados (y que daban mayor rentabilidad) tuvieron manga ancha en todas sus actuaciones. En el presente hay que decir que el Comité Olímpico Español ya ha publicado la lista de los 321 deportistas que acudirán a la capital japonesa (184 hombres y 137 mujeres). Destaca la participación del atletismo, como siempre (con 55 atletas: 32 hombres y 23 mujeres), así como las selecciones que doblan (hombres y mujeres), y que son las de baloncesto, balonmano, hockey sobre hierba y waterpolo. Siempre hay aspiraciones a medallas, pero la realidad es que las pretensiones iniciales van por un lado y la realidad de los hechos suele ir por otro. De cualquier forma, suerte a todos ellos.