Finaliza la EURO que nos ha devuelto la emoción de los grandes torneos deportivos. Además, vuelve a demostrarnos que el fútbol no es sólo una suma de talentos desordenados sino que muchas veces el conjunto está por encima de las individualidades, sino que le pregunten a la selección francesa. A falta de más fútbol hasta los Juegos Olímpicos nos queda como solución de continuidad o epílogo al campeonato ir a ver ‘Operación Camarón’ después de la matraca que recibimos en todas las retransmisiones televisivas de esta Eurocopa.
Mientras tanto la actualidad futbolística continúa en eso que se ha dado en llamar el mercado de fichajes veraniego. Rumores, chismes, habladurías y patrañas caracterizaron este periodo estival en donde los clubes acudían a un zoco donde se mueven, intercambian y contratan a deportistas que ayudarán reforzar los equipos.
Sin embargo, en un mercado deprimido por la Covid-19, la tendencia actual ha dado un giro inesperado. La mayoría de los clubes ya no aspiran a conseguir los servicios de los mejores peloteros sino a deshacerse de algunas figuras actuales con sueldos elevadísimos para la coyuntura presente.
El Barsa pretende aligerar equipaje para poder mantener a Messi en sus filas, aunque esto les obligue a desprenderse, mal vender o simplemente regalar la carta de libertad a una pléyade de jugadores top. Más de lo mismo en el Real Madrid que no puede hacer realidad sus sueños de volver a atraer a los mejores. En este caso se acentúa la crítica situación al ver como vuelven tras cesión algunos jugadores -caso de Bale- con un sueldo desorbitado.
Nadie se quiere ir sin pasar por caja y cobrar todo o parte del contrato. Esta posición ha llevado a algunos clubes a aplicar despidos que -como asegura la directiva del Barsa- se podrían resolver en el Juzgado de lo Social.
Y en medio de este panorama, al que no es ajeno el Deportivo, el club coruñés barrunta plantear un Expediente de Regulación de Empleo a sus empleados por razones económicas. El balance a fecha de hoy es preocupante: suben las nuevas contrataciones y no descienden de manera considerable las bajas por fin de contrato o rescisión.
Ignoro si el anuncio de este ERE es una amenaza para aquellos jugadores que se aferran a su contrato o, como en el caso del Málaga, tiene un recorrido más profundo.
Lo cierto es que las arcas del RCD, aparte de exiguas, han cerrado el ejercicio con pérdidas económicas que podrían justificar esta medida extraordinaria y nada deseada.
Todo eso sin pensar en los dos trasatlánticos que todavía tiene en plantilla: Rolán y Cartabria. Parece urgente buscarles una salida, aunque sea gratis, para cerrar una plantilla de Segunda B.
@pgarcia_ramos
