El Deportivo ha incorporado para el Fabril a un entrenador contrastado, con experiencia en Tercera División, que conoce la casa, que ha detectado mejor que nadie el talento de muchos juveniles y, además, es gallego. Pero, ¿qué verá en el campo el aficionado deportivista cuando se siente en una butaca de la Ciudad Deportiva de Abegondo? ¿A qué juegan los equipos de Óscar Gilsanz?
Con pasado en la cantera del Betanzos, en el Laracha de Preferente, en el primer equipo del Betanzos –ascenso a Tercera–, en el Racing Villalbés, en el Laracha y, en la última campaña, en el Juvenil A del Deportivo, Óscar Gilsanz ha demostrado que es un entrenador que le da mucha importancia al trabajo defensivo. Y no implica renunciar al ataque. Tampoco plantar a los once jugadores en área propia. Gilsanz da la impresión de ser muy minucioso con los detalles pero, sobre todo, con el dominio en fase defensiva. Para ello, sus equipos son capaces de rendir igual de bien en avanzado, en un posicionamiento intermedio y en repliegue; algo al alcance de muy pocos.
En cuanto al sistema, Óscar apuesta por el 1-4-4-2 con una pareja de delanteros de diferentes características. Por ejemplo, el caso más reciente es el de Noel y Nájera, la pareja de puntas del Juvenil A blanquiazul que conquistó la Copa de Campeones: uno de ellos, flota entre líneas; el otro, amenaza la espalda de los centrales. También sucedía en el Laracha con Iago Blanco, profundidad, y Adri Castro, asociativo. O en el Somozas con Sergio Arias, que dominaba juego aéreo y disputas, y Rubén Gómez, muy vertical.
Los conjuntos que dirige Óscar también llaman la atención por el nivel en las transiciones. En las defensivas, sus equipos vuelan para recuperar el posicionamiento o para hacer presión tras pérdida. En ataque, el contraataque es una de las grandes armas de las escuadras de Gilsanz, que han fabricado muchos goles aprovechando ese tipo de jugadas. En conjuntos como el Racing Villalbés, también manejaba registros para generar peligro a sus rivales con juego directo.
Óscar se ha visto a modificar ligeramente su modelo de juego en sus dos últimas experiencias como entrenador, ambas en el Deportivo. La primera, en la temporada 2018/19 como técnico del Laracha, tercer equipo de la estructura blanquiazul. Obligado a utilizar jugadores de primer año sénior e incluso juveniles le dio matices más asociativos a su equipo. El gran cambio llegó la pasada campaña cuando aterrizó en el Juvenil A deportivista. Óscar asumía el mando de un equipo que dominaría más del 90% de encuentros en su liga. Los rivales le cederían la pelota y el Depor cumplió con creces manejando muchos registros ofensivos.