Por fin se va a disputar la Copa del Rey en el Palacio de Riazor. Después de que la edición del año pasado fuese aplazada pocos días antes de su comienzo (y posteriormente suspendida), el Liceo afrontará la competición desde hoy, cuando se enfrente al Voltregá a partir de las 20.45 horas.
El hecho de ejercer de anfitrión, o de que haya tenido que esperar mucho tiempo para por fin disputar el ‘Torneo del KO’ no son las únicas motivaciones del conjunto verdiblanco. La plantilla sabe que no será un camino sencillo y que hay que ir partido a partido (como le gusta decir al entrenador, Juan Copa). Pero un título está a solo tres encuentros y los coruñeses quieren ya de una vez ganarlo, después de haber perdido las dos últimas finales y tras lograr la última Copa del Rey allá por 2004.
Viendo el cuadro puede parecer que el Liceo está por la parte fácil del mismo. Evita a Reus y Barcelona hasta una hipotética final. Hoy se las verá con el séptimo clasificado en la OK Liga (que acabó la competición con más derrotas, trece, que victorias, doce). Pero si algo tiene la Copa es su carácter imprevisible. Forma parte de su encanto.
El conjunto verdiblanco ha preparado a conciencia esta edición tan especial. Casi dos semanas desde que terminó la Liga, en los que el trabajo psicológico es más importante que el físico. El Liceo no se fía del Voltregá. Ni de Caldes y Lleida (que ya le han dado algún disgusto esta temporada). Ni de Barça (por supuesto) ni Reus. Ni siquiera de Girona o Noia, que si llegan a la final es que están como motos.
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