El capitán deportivista Álex Bergantiños encarna la regularidad año tras año y en la categoría de bronce exhibió también una fiabilidad digna de elogio a sus 35 años.
Imprescindible en los primeros nueve partidos de la mano del entrenador Fernando Vázquez, vivió una serie de altibajos desde la llegada al banquillo de Rubén de la Barrera.
El míster coruñés apenas lo utilizó entre las jornadas 12 y 15 —en las que sumó dos minutos de juego— pero tuvo que asumir su error y reconvertirlo en un fijo hasta el final de curso. Bergantiños equilibró el once desde la medular, destacó en la brega y en el robo, y aportó la solidez necesaria en tiempos de zozobra.
| Aunque en la presente temporada el cuadro deportivista contaba con centrocampistas de campanillas para dotar al equipo de calidad y criterio en el balance defensivo-ofensivo, interancionales como Celso Borges o Uche Agbo, lo cierto es que el mediocampista coruñés Álex Bergantiños acabó por imponer su experiencia y constancia para volver a ser un futbolista imprescindible para sus entrenadores en la escuadra de Riazor. Fernando Vázquez siempre lo tuvo en mente en las nueve primeras jornadas del torneo de la regularidad, en las que participó muy activamente, con siete titularidades, siendo un referente de su escuadra. Sin embargo, la llegada al banquillo en la décima jornada de Rubén de la Barrera supuso una auténtica reválida personal para un veterano que se vio relegado al ostracismo entre las jornadas 12 y 15, con apenas dos minutos de juego de los 360 minutos en estas cuatro citas (frente a Unionistas de Salamanca, Coruxo, Guijuelo y Racing de Ferrol). La dolorosa derrota en A Malata hizo recapacitar al preparador De la Barrera, que desde la fecha decimosexta hasta el final de temporada le brindó a Álex Bergantiños el privilegio de actuar de inicio. |
Madera de ‘capi’
