El muro amenaza de nuevo
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El muro amenaza de nuevo

El muro amenaza de nuevo
La posibilidad de tumbar al Oviedo en su pista trae esta vez consigo un jugoso extra: la clasificación para las semifinales de los playoffs de ascenso a la ACB | Javier Alborés

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Tres días después de que el pelotón del Giro de Italia lidiase con los pesadillescos muros del Monte Zoncolan, el Basquet Coruña hará frente, en una tierra de grandes subidas ciclísticas como es Asturias, su asignatura pendiente histórica: hacer cima –de una vez por todas– en el alto de Pumarín.


Diez veces ha intentando escalar el club herculino la pista del Oviedo Baloncesto, y en las diez se volvió al campamento base con las orejas gachas. Un maleficio, una historia de desamor sin parangón en la categoría de plata del baloncesto español, aun siendo cierto que el pequeño polideportivo de Pumarín es uno de los feudos más complicados para cualquier equipo.


5 años

Además de no haber ganado nunca en Pumarín, el Basquet Coruña vivió una periplo de cinco años sin vencer al Oviedo


El desencuentro comenzó en la temporada 2010/2011 y en la LEB Plata. Aquella derrota por una sola canasta (85-83) no hacía prever, ni por asomo, una maldición tan longeva. El cuadro carbayón acabaría la liga octavo, tres puestos por delante del herculino.


Un año de espera

Siete puntos (89-82) separaron a ambos en el partido en Pumarín del curso siguiente –también en la tercera categoría nacional– y cinco puestos en la tabla, esta vez a favor del CB, que cerró el top-5. Aunque el Coruña cayó en cuartos de final de los playoffs contra el Arraberi (0-2), saltaría a Oro en la 12/13. El Oviedo tendría que esperar una campaña más.


El reencuentro lo sería por partida doble. En la fase regular, de nuevo una canasta de margen a favor del cuadro astur (85-83). En primera ronda de playoffs, triunfo carbayón en Riazor (64-70) y en Pumarín (76-67), y vacaciones para el club coruñés, que en el duelo de regular en Riazor sumó, por 69-66, el que sería su único éxito ante el Oviedo –tanto en casa como a domicilio– en los posteriores cinco años.


En la 14/15, dos actuales ACB, Álvaro Muñoz (Obradoiro) y Ferrán Bassas (Joventut) pilotaron el 77-70 con que el Oviedo de deshizo de la ‘marea naranja’, que una temporada después estuvo a punto de acabar con el maleficio.


Fue un partido maravilloso, en el que el cuadro carbayón necesitó de cinco minutos extra y de un colosal Jordan Swing (42 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias) para doblegar, por 98-95, a un rival en el que todavía permanecen Zach Monaghan y Gediminas Zyle.


Marcadores ‘hermanos’

En las campañas 16/17, 17/18 y 18/19 se registraron en Pumarín dos marcados muy similares, obviamente con el mismo signo. En la primera de ellas, 82-72 para un Oviedo que contaba en su filas con el coruñés y canterano del BC Carlos Martínez y con el pívot Mouha Barro, que este curso solo pudo jugar un partido liguero de naranja, al lesionarse gravemente en el duelo ante el Real Valladolid.


En la siguiente campaña, 80-71, al que Barro colaboró con 7 puntos y 4 rebotes y Romaric Belemene con 8, 3 y 1 pase de canasta al triunfo contra un BC con Monaghan como único miembro entonces de la plantilla actual.


En el penúltimo duelo en Pumarín, en la 18/19 (la pasada temporada no llegó a producirse al pararse definitivamente la competición a causa de la pandemia de Covid-19, a falta de diez jornadas para completarse la fase regular), los locales se impusieron por 80-70 en un choque con presencia de cuatro jugadores que saltarán al parquet mañana para dirimir el segundo punto de la serie de cuartos de los playoffs 20/21.


Tres ellos estaban en las filas carbayonas, Óliver Arteaga, Alonso Meana y un Rolandas Jakstas que ha cambiado de bando. El naranja era –cómo no– el mago de Palatine, un Monaghan cuya lesión durante el choque que cerró la primera fase del presente curso tuvo bastante incidencia en la derrota por 88-83, en un partido que contó con la baja del técnico naranja, Sergio García, y en el que la ‘marea naranja’ desperdició una máxima ventaja de 14 puntos, que coincidió con el final de la primera mitad.


Mañana, el escenario presenta un elemento nuevo: ‘match ball’ favorable al Basquet Coruña. Un inmejorable momento para poner fin a una maldición que empezó el 12 de marzo de 2011. 

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