Lo comentaba esta semana Emma Lustres, consejera del RC Deportivo, “el fútbol a veces es un poco circo”. Y lo decía sorprendida por la trascendencia y el interés que suscitaban los temas relacionados con el club coruñés. Sinceramente, desconozco el seguimiento que hacía la consejera deportivista de nuestro club antes de entrar en la directiva. Y desconozco también el seguimiento que hacía del mundo del fútbol en general.
Un mundo en el cual todo es un circo, donde un futbolista tose dos veces y ya se monta un espectáculo mediático impresionante. Un mundo, el futbolístico, donde Zidane no dice ni sí ni no sobre su continuidad y ya llevamos semanas leyendo sobre el tema y escuchando todo tipo de especulaciones. Y así hasta hartarnos.
Pues bien, el Deportivo no es una excepción a esa regla. Al revés. Sin ánimo de pecar de supremacistas, el Depor no ha sido un club más en esta Segunda B de este año. Ni lo será en la Primera RFEF del año que viene. Es un club que después de unos años bastante lamentables en lo deportivo ha visto como su masa social no disminuía en absoluto. Al revés, hasta descendiendo de categoría aumentaba el número de socios. Y este año, estando en Segunda B ha tenido más abonados que muchos equipos de Primera. ¿Se sorprende entonces Emma Lustres del interés que suscita el Deportivo? A mí sí que me sorprende que ella se sorprenda.
Pues bien, estos días pasados ha tocado el circo del entrenador. Sabemos que la plantilla va a experimentar – otro año más – una profunda remodelación. Y lo entendemos. Pero el tema del entrenador parecía estar claro. Rubén de la Barrera, coruñés, iba a seguir y no parecía que el tema económico o la duración del contrato fuera a ser ningún obstáculo. De la única exigencia que se tenía constancia era la de tener un equipo competitivo. Todo lógico. Si la exigencia es ascender el equipo ha de tener un mínimo de calidad para lograrlo. Bueno, pues lo único que parecía claro se ha ido todo al garete y a muchos aficionados, entre los que me incluyo, se nos ha quedado cara de que esto parece un patio de marujas donde uno dice una cosa, otro dice otra, uno la desmiente, el otro dice que no quiere ser segundo plato de nadie… Un circo, en definitiva. Y el resultado final es que los caminos del RC Deportivo y de Rubén de la Barrera se separan definitivamente por causas ajenas a su capacidad como entrenador. Una pena que esto acabe así.
Dice Rubén que el club sabía su reunión con la UD Las Palmas (que, por otra parte, tiene a Pepe Mel con contrato en vigor), dice que no hubo ni oferta ni contraoferta. El club dice que ha perdido la confianza o no cree en el compromiso… No sé. Es todo muy triste. Hay que entender que Rubén quiera crecer profesionalmente y que a día de hoy el Depor es un club de Segunda B. Y también estoy seguro de que él se quedaría aquí rechazando ofertas superiores. El motivo de esta ruptura no sé si los aficionados de a pie llegaremos a saberlo algún día. Es probable que no. Pero eso sí, el regusto amargo no nos lo quita nadie.
Otra vez otro entrenador. Otra vez a empezar de cero. Otro verano donde saldrán más de media plantilla y llegarán otros tantos jugadores. Así llevamos unos cuantos años. Y los resultados ahí están. Un equipo en Segunda B que ni ha llegado a luchar por ascender. Que se acabe ya este circo, por favor.