Dago Peña es, por experiencia, calidad y personalidad, uno de los líderes del Basquet Coruña, condición esta que asomó el pasado domingo ante el Castelló, cuando el dominicano firmó su mejor actuación del curso, que le valió el MVP de la jornada, aunque no bastó para evitar la derrota que bajó a su equipo del primer al cuarto puesto de la tabla.
Un premio que no dudaría en cambiar por haber ganado el último partido de la fase Oro-Clasificación: “Los números no son nada si pierdes, y más en un partido así, aunque es mejor que pase ahora y no en los playoffs”, asegura.
¿La derrota ante el Castelló supone una motivación extra de cara a los playoffs? Total. Tenemos una misión, que hay que ganar seis partidos para ser campeones. Y nos ha despertado: sabemos que cualquier equipo nos puede ganar en casa o fuera. Sabemos que fueron errores nuestros, cosas que podemos controlar, y también un poco de mala suerte. La técnica del final (a Matulionis) fue exagerada, pitada de mal rollo, pero son aspectos que también podemos y debemos controlar porque los playoffs van a ser muy duros y muy físicos.
Tenemos una misión clara: ganar seis partidos para ser campeones
El pasado domingo el Basqut Coruña capturó la friolera de 19 rebotes ofensivos, de los que solo sacó 6 puntos. ¿Cómo se explica eso? Entramos al tercer cuarto algo acelerados y fallamos tiros que no solemos fallar. Son cosas de los partidos, pero al rebote ofensivo hay que sacarle algo siempre: o canasta o una falta o un punto. Un día estás on fire y al siguiente fallas. El objetivo es estar todos frescos, del uno al cinco, e intentar ganar desde la defensa.
Eres el jugador mejor dotado ofensivamente de la plantilla. ¿Te pidió Sergio García ser más agresivo de cara al aro o fue una situación de partido? El míster siempre está diciéndome que sea más agresivo y que anote más. Cuando tengo oportunidad de anotar y no lo hago, se enfada conmigo. Viene a mí y me lo dice a la cara. De buen rollo, claro, nos llevamos muy bien y hay mucha armonía en el equipo, aunque a la segunda vez que la cago me lo dice con más tono (rísas). Él tiene razón, tengo que ayudar más al equipo en ese aspecto y tirar si tengo que tirar y pasar si tengo que pasar.
Sabemos cómo defender y atacar al Oviedo y que hay que cometer menos errores
Empezáis los playoffs con factor cancha favorable. El hecho de que los pabellones no estén llenos, ¿le resta importancia? Sin duda. Aunque desde que hay aficionados se nota mucho más ambiente, y eso ayuda mucho al equipo, no es lo mismo ir, por ejemplo, a Lugo con la cancha llena que ir con la cancha semivacía. Pero nosotros sabemos lo que tenemos que hacer, con fanáticos o sin fanáticos, para conseguir victorias.
Victorias que nunca se han logrado en Pumarín... Ninguna en doce visitas a lo largo de la historia del club. Yo personalmente tampoco he ganado en Oviedo, ni con el Basquet Coruña ni con el Breogán. Es una pista muy complicada, sus fans se integran por completo en el partido y se escuchan mucho. Es una pista muy jodida para ganar, aunque en la primera fase estuvimos cerca de hacerlo.
Pero los aficionados no meten canastas... No, claro, pero el Oviedo es un gran equipo, que conocemos muy bien porque nos hemos enfrentado en temporada y en pretemporada. Todos saben sus roles y van a lo suyo, tienen un buen coach y están jugando muy bien. Fuimos allí, sin Sergio en el banquillo y después perdimos a Zach por un golpe. Jugamos muy bien, estábamos ganando y nos remontaron el partido con varios canastones. Sabemos cómo defenderlos y cómo atacarlos. Tenemos que jugar nuestro baloncesto, atacar a quién tenemos que atacar, defender a sus mejores jugadores y, sobre todo, cometer menos errores. Y aportar todos, porque aquí lo importante es ganar.
