Faltaban ocho minutos para el final del partido en la Torre Roja de Caldes cuando el liceísta César Carballeira (10 de febrero de 1996, A Coruña) se llevó las manos a la cara y se tiró sobre la pista. Fueron unos segundos de incertidumbre y cierta tensión, pero la cosa se quedó en un susto. El coruñés se recuperó y terminó el partido, con victoria del Liceo (2-3), una más. Carba cuenta el incidente como si nada.
“Me dieron con el stick en la nuez, se me metió para dentro y no podía respirar. Por la angustia de que no me llegaba el aire parecía más de lo que fue, pero no fue nada grave y ni siquiera necesité atención médica. Se quedó en un susto, para mí y para todos los que estaban allí. Es una anécdota más”, recuerda César.
El coruñés, que juega al hockey desde los tres años, reconoce que nunca le había pasado nada igual: “Es un deporte muy duro, pero desde fuera se ve más riesgo del que existe. Poco nos pasa para todo lo que podía pasar. Hace dos o tres meses me arrancaron un diente en un entrenamiento, llevo bastantes puntos de sutura en mi carrera y hace dos años me rompí la tibia y el peroné”, detalla.
Me dieron con el stick en la nuez y no podía respirar
El liceísta analiza el ajustado triunfo del pasado sábado: “Sabíamos que iba a ser una pista complicada, que el Caldes tiene un equipazo y al Liceo siempre le costó ganar allí. Fue un partido bastante duro a nivel de faltas, pero se nos puso de cara con el 2-0 y nos fuimos 1-3 al descanso. Después ellos nos metieron el segundo, pero creo que lo tuvimos controlado en todo momento”.
El Liceo suma 73 puntos, a tres de su tope histórico (76) bajo el actual formato de la OK Liga: “Es algo que valoramos, como cuando batimos el récord de victorias consecutivas, pero es secundario. Lo que queremos es ganar la liga y está muy complicado porque es difícil que el Barça pinche los dos últimos partidos”.
Con sólo dos jornadas por delante para acabar el curso, el Liceo ha llevado al límite a un gigante del hockey: “Para saber el mérito que tiene lo que estamos haciendo, hay que vivirlo desde dentro y viajar fuera cada dos semanas, algo que ningún equipo tiene que hacer hoy en día. Todo el mundo sabe lo que significa el Barcelona como entidad y la diferencia económica que hay, pero eso nos motiva más y ahí estamos, plantándole cara durante toda la temporada. El dinero no lo es todo en el deporte”, opina.
Para saber el mérito que tiene el Liceo hay que vivirlo
Coruñés y del Liceo desde que empezó a patinar, César se muestra orgulloso por todo lo que significa su equipo: “Llevo desde los tres años viendo al Liceo luchar contra todo y contra todos y para mí es un sueño hacer lo mismo que hacían mis ídolos. Es un orgullo llevar el nombre de la ciudad a lo más alto y tratar de conseguir los objetivos. Y si no los conseguimos, que no sea porque no lo intentamos”.
Carba espera con ganas la Copa del Rey, que se disputará del 10 al 13 de junio en Riazor, y desea que pueda entrar la mayor cantidad posible de público al recinto. “Nunca he vivido en casa la disputa de un gran título, pero sí grandes partidos contra el Barça y eliminatorias de Champions, en los que el público es un plus para los jugadores”.
Fueron dos años muy buenos en Reus que me sirvieron para crecer
César reconoce que sólo piensa en levantar la Copa, “me da igual que sea contra el Barça o contra quién sea”, pero antes restan dos partidos, el primero contra el Reus, donde militó las dos últimas temporadas: “En la vida de un deportista siempre tiene que haber algún cambio. Se me dio la oportunidad y después de pensarlo mucho decidí marcharme. Fueron dos años muy buenos allí que me sirvieron para crecer como persona y jugador”.
El coruñés regresó el pasado verano al Liceo –“como en casa no se está en ningún sitio”, admite– coincidiendo con la pandemia y el descenso del Depor: “El fútbol sigue siendo el deporte que más mueve, pero el hockey es muy atractivo y pasan muchas cosas en décimas de segundo. Queremos enganchar a la gente y darle un título a la ciudad”, avisa.
