Ahogo en Miramar
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17º-23º

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Villares, de cabeza, estuvo a punto de marcar ante Grana, en la segunda parte de la contienda disputada en el día de ayer en Miramar | ALFAQUÍ

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El Deportivo se ahogó en Miramar en un partido sin goles ante el Marino de Luanco, cede dos puntos al Numancia, que tiene 34 y, aunque depende de sí mismo, se complica el acceder a una las dos plazas a la Primera RFEF, al quedarse sin margen de error.


Los blanquiazules, después de la victoria de Numancia y el sábado Racing de Ferrol, salían a Miramar con la meta única de sumar de tres en un campo en el que los luanquinos no perdían desde el mes de enero. Los coruñeses, muy tibios lejos de un Abanca Riazor donde llevan cinco victorias seguidas, volvieron a adolecer de viejos vicios en su salida en el partido.


Bien fuera por la exigencia de unos o por la falta de complejos de otros, lo cierto es que el cuadro herculino volvió a encontrarse con problemas en la conducción y a la hora de hilvanar jugadas y buscaba a Miku, ayer único punta, a la espalda de la nutrida maraña de tres centrales.


Sin opciones de conectar con el ataque, la jugada más peligrosa llegaba casi sin querer, tras un centro lateral de Salva Ruiz, que se iba envenenando y que obligaba a Grana a estirarse para enviar el balón a saque de esquina (min.12).


Más inquietaban los locales, con un bulliciosos y jovencísimo Enol, que recibía un pase filtrado y se plantaba solo ante Lucho García. El de Barranquilla se hacía grande ante el ariete y frustraba la ocasión más clara del primer acto.


2 puntos

Separan al Deportivo del Numancia, que está con 34 puntos, los herculinos, con 36 son colíderes.


Porque aunque los coruñeses parecía que buscaban aproximarse, aprovechando la velocidad de jugadores como Lara, el buen orden defensivo y la presión en la salida de balón hacían que el Deportivo acabase saliendo a trompicones.


Precisamente, era el sevillano el que lo intentaba en el 24 de partido, al ver adelantado a Chechu, pero su disparo se marchaba muy desviado.


No inquietaba el Deportivo y se sentía cómodo el cuadro local, combinando, tocando y acercándose cada vez un poquito más a los dominios blanquiazules. Un Deportivo muy plano en ataque, que regalaba la primera parte ante un equipo que no se jugaba nada más que la honra de sacar algo en limpio ante un campeón de Liga, 20 años después de caer goleado en Miramar.


Cambios

Rubén de la Barrera esperaba al descanso para mover fichas y optaba por realizar tres cambios de forma simultánea, dando entrada a Raí, Rayco y Héctor que entraba por un Salva Ruiz que había visto una amarilla.

La nota más negativa, el cambio de Keko Gontán, con problemas musculares, que era atendido por los galenos del club herculino y que podría perderse el duelo ante el Numancia, a tenor de lo que indiquen las pruebas médicas. El Deportivo pasaba al doble pivote, acercaba a Rayco a un Miku, que había sido una isla hasta el descanso y trataba de conectar con sus hombres de ataque, ante un rival muy ordenado y que con su esquema de 5-3-2 no dejaba progresar en el juego a los visitantes.


EL DETALLE

Villares y Miku tuvieron las opciones más claras en la segunda parte


No arrancaba mal tras el descanso el Marino, con un par de acercamientos con intención al área del Depor, pero a partir de la hora de juego el dominio del esférico pasaba a ser blanquiazul.


Pero la posesión no se traducía en criterio con el balón y el Deportivo pegaba en muchas ocasiones de un exceso de conducción, que no daba opción a sorprender al rival.


Opción para Raí

Después de muchos minutos plácidos para Grana los visitantes volvían a inquietar. Iniciaba Rayco, con una buena dejada en el área para Raí (min.66) ante la que el brasileño mandaba el esférico muy por encima del arco de Grana.


El balón pasaba a tener un solo color, el blanquiazul, aunque el orden del rival y la poca velocidad que imprimía el equipo al juego no dejaban apenas opción a la sorpresa. Mientras el Marino, gracias a la entrada de dos jugadores veloces como Chiqui y de Iván Fernández, esperaba a la contra y buscaba fijar a Mujaid y Granero.


El Depor, por su parte, se daba de bruces con la realidad de lo que podría haber sido el partido imprimiendo un poco más de fútbol directo y encontrando por fin los espacios. Casi cantaba el gol en el 75, tras un buen centro de Miku que encontraba la cabeza de Villares. Un cabezazo a bocajarro, que obligaba a estirarse a Grana y que mandaba el esférico a córner.


Últimas opciones

El Marino, aunque seguía ordenado, iba notando el peso de los minutos en las piernas, ante un Deportivo que ponía más corazón que cabeza y que se lanzaba a colgar balones al área, a buscar disparos lejanos y a encomendarse a que jugadores de envergadura como Mujaid o Granero, en los contados saques de esquina pudiesen cazar un balón perdido.


Echaba el resto el equipo con la irrupción de Adri Castro en el partido, que no jugaba desde el pasado mes de febrero. Aún tendría una más el cuadro de Rubén de la Barrera en el 85, tras una asistencia de Rayco en el área para Miku, que solo en el área se encontraba con la pierna de Prado cuando ya estaba armando el disparo. El partido moría en área blanquiazul, ante un Depor incapaz, que vuelve a jugar con fuego y que se ahogó en Miramar.

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