A lo largo de las próximas líneas conoceremos DANZA 10 STUDIO, una academia de baile situada en la Calle Gambrinus de A Coruña. Lo haremos a través de la experiencia particular de Noelia Mato (Ponteceso, 2000), una de las alumnas que ha estado en la escuela desde su apertura en septiembre de 2016 hasta la actualidad.
Noelia, que actualmente estudia Sociología en la UDC, empezó a bailar tarde, sobre los quince años. Nos explica que esto se debió a que “en Ponteceso no había nada de danza, sólo baile clásico, que es un estilo que nunca me llamó la atención, y como me tenían que llevar desde mi pueblo hasta Coruña no se dieron antes las condiciones para que pudiera empezar a bailar”.
Su primer año acudiendo a clases no fue en Danza 10, sino en Soul, su predecesora. Cuando esta escuela cerró “Álex, la directora, abrió Danza 10 y la mayoría de alumnas y profesoras continuamos en la nueva academia”.
Diversidad de estilos
Mato cuenta que “otros años tenía muchas más horas de clase que este y estaba en grupos de competición, cosa que con la pandemia es imposible”, si bien este curso acude a danza urbana (centrándose sobre todo en las modalidades de Hip-Hop y Waacking) y a danza comercial. Preguntada por el motivo de su inscripción en dichos estilos, expresa que “fueron en los que empecé y los que me gustan”.
6 horas
Es el tiempo que permanece abierta la escuela de lunes a viernes por las tardes, en un horario comprendi-do entre las 16:00 y las 22:00
La escuela ofrece muchas otras alternativas como la danza oriental, Bollywood, flamenco, baile moderno para niños pequeños, bailes de salón, baile clásico, ritmos latinos o baile contemporáneo. Además, la academia cuenta también con un conservatorio de ballet y un gimnasio.
La pontecesana no se queda con una actuación en si, pero sí escoge una pieza que bailaron en muchas ocasiones ella y sus compañeras el segundo año que estuvo en el grupo de competición Tagarela. “La pieza era sobre el colectivo LGTB, visualmente muy chula y con unos trajes también bonitos”, explica Noelia.
Sensaciones
Los tiempos que nos tocan vivir no solo imposibilitan las competiciones, sino que obligan a cambiar ciertos hábitos en las clases.
En DANZA 10 se desarrollan en grupos y en un local cerrado, por lo que el uso de mascarilla es obligatorio.
Noelia señala que “ahora ya nos acostumbramos, pero al principio era achicamiento total, acababas el calentamiento y ya estabas cansada”.
Otra reflexión muy interesante es la que hace al ser cuestionada sobre los motivos de la escasa relevancia mediática de la danza.
“Yo creo que lo que pasa con ella es que siempre hay el debate de si es un deporte o un arte, y al final no es ni una ni otra. Luego está el hecho de que es tan complicado vivir de la danza que ya la gente ni se plantea practicarla”, comenta Mato, quien también apunta que el baile “está visto como algo femenino y tira a los chicos para atrás”.
Sobre este último aspecto, la directora de la escuela nos facilitó un dato, que difiere un poco de lo que se suele encontrar Noelia en las clases. El 60% de los matriculados en la academia son mujeres y el 40% hombres.