La RFEF ha demostrado en las últimas semanas más sensibilidad que otros entes ante los casos de Covid en los torneos que organiza.
Así, tras los positivos en el Racing que provocaron la suspensión de dos encuentros de los ferrolanos, decidió posponer la décimo octava jornada del Grupo 1-A y esperar a que todo se normalizase para que los equipos implicados llegasen al decisivo capítulo en igualdad de condiciones. Tras confirmar que todo se encuentra en regla, ha programado los cinco duelos previstos para este domingo a las doce del mediodía en lo que se denomina horario unificado.
En estos lares, por desgracia, sabemos algo del tema ya que alguno de Madrid, conociendo de antemano que un partido no podía iniciarse por el positivo de varios de los integrantes de uno de los clubes, permitió la disputa de una jornada amputada al decidir contra toda lógica que se celebrase el resto de los encuentros. En uno de ellos –el Cádiz-Albacete– la entidad manchega jugó con la tranquilidad de saberse salvada si lograba la victoria ante un rival ya ascendido. El caso es que el ‘Alba’ ganó, algo previsible, pero lo hizo al transformar una pena máxima cometida en el minuto ochenta y nueve por el conjunto andaluz.
Tengo dudas de si Maikel Mesa, el encargado de ejecutarla, afrontaría con el mismo coraje el lanzamiento al saber que en ese instante el Deportivo estaba derrotando al Fuenlabrada por dos a uno y su equipo era uno de los que ocupaban los puestos de descenso a la Segunda División B...
