Parece que al Deportivo le sobran minutos en los partidos. Los primeros quince de las contiendas, el último cuarto de hora de los encuentros, que son los tramos de los choques en los que más goles encaja. Son difícilmente entendibles esas desconexiones que se repiten una y otra vez.
Los jugadores las describen como ‘detalles’ pero esas ‘nimiedades’ cuestan puntos. Y demasiados van ya. Ante el Sevilla un nuevo despiste defensivo y por debajo al descanso. Pero no es la primera vez. Ante otros rivales como el Athetic Club hubo que remar desde el 15’ a contracorriente y casi se remonta. Por desgracia, en otros casos como Málaga o Espanyol la pájara inicial decidió el sino del partido.
El Deportivo juega a la ‘ruleta rusa’ esta temporada. Le está salvado, de momento, que, como en la anterior campaña, los que están aún más hundidos en la tabla no acaban de despegar. Pero es que los herculinos van a terminar metidos en el lío como no espabilen.
Porque en el desplazamiento más masivo de aficionados en lo que llevamos de curso los seguidores coruñeses volvieron a irse, una vez más, de vacío. Y llega ahora un calendario para echarse a temblar y en el que lograr puntuar va a costar sangre, sudor y lágrimas.
"Los jugadores las describen como 'detalles' pero esas 'nimiedades' cuestan puntos. Y demasiados van ya. Ante el Sevilla un nuevo despiste defensivo y por debajo al descanso"
A veces da la sensación de que los jugadores no son muy conscientes de lo que está en juego. Algunos parecen más pendientes de guerras internas o de falta de minutos que del colectivo. Y por el bien de todos va siendo hora de que todos remen en la misma dirección y aparquen sus egos. No es tiempo de reclamar lo que creen que es suyo, ahora toca apretar los dientes e ir hacia delante.
El futuro más reciente será muy exigente y solo apto para jugadores cien por cien implicados. Puede que sea tiempo de sentar a alguna que otra ‘vaca sagrada’ que se ha acomodado y dar entrada a alguien que tenga verdadera ‘hambre’. De lo contrario, este navío blanquiazul tiene pinta de irse a pique.
Y es una pena que año tras año se repita la misma cantinela. Todos parece que este curso es el definitivo y todos se repite la misma cruda realidad. Sufrir está en el ADN del Deportivo, pero de un tiempo a esta parte la ‘penitencia’ se está convirtiendo en algo excesivo.
Hay que ajustar bien los circuitos, dejarse de cruces de cables y desconexiones. Por el bien del Deportivo y de una afición que, por desgracia, se está acostumbrando, demasiado, a los disgustos cada fin de semana.