El duelo de Riazor es de sesión vermú. Veremos como le sienta al equipo de Fernando Vázquez, que parece que en la última victoria se le ha visto un poquito más formado y ahora tendrá que consolidarse en el césped coruñés. No se trata de hacer un partidazo, pero si mostrar carácter y actitud, con ganas de seguir sumando puntos.
Cuanto antes se consiga el objetivo de encarrilar el partido, mejor. Luego ya vendrá el juego bonito si se lo pueden permitir y otras florituras. Pero antes de vender el pescado hay que pescarlo, luego ya discutiremos el precio.
El fútbol de élite está un poco revuelto. Javier Tebas, el mandamás de la Liga de Fútbol Profesional, se esfuerza al máximo para que el coronavirus no devore su negocio. Bueno, el de él y el de los clubes que lo mantienen en la poltrona.
Resulta que hay clubes que están comunicando que en sus plantillas se están dando casos de Covid-19. Algunos, ingenuos, se atrevieron a pedir la suspensión de sus encuentros al tener jugadores afectados como el Granada, por ejemplo, pero el Tebas no lo consintió porque el negocio de la televisión está por encima, eso parece, de la salud de los futbolistas.
Lo que de verdad no se entiende es cómo es posible que la Liga Profesional esté por encima del Consejo Superior de Deportes. ¿Qué clase de dirigentes gubernamentales tenemos? ¿Cómo es posible que haya contagios entre futbolistas y aquí no se aisla a nadie? ¿Solo sufren los pobres?