Si alguien toma sus palabras al pie de la letra, parecerá que el visitante que viene a Riazor es un monstruo del fútbol europeo o mundial, pero no. Es el Málaga, que sí supo ganar esta pasada jornada, pero que llegará a Riazor con la ‘sana intención’ de delegar el farolillo rojo a los blanquiazules. Ya ven que la esperanza es lo último que se pierde.
Pero Seedorf jamás perdió el optimismo desde que arribó al club de Riazor, aunque sus números digan que de 24 puntos posibles solo sumó tres. Que ayer el equipo se haya ejercitado en Madrid (supongo para las fotos), que hoy libre y que mañana por la tarde regrese al trabajo (miércoles) para jugar el viernes ante el ‘todopoderoso’ Málaga... Una planificación encaminada a mantener la ‘tensión’ de la competición.
Pero el Depor el domingo volvió a sufrir de su mal mayor, que no golpea. Que las oportunidades que genera no se saldan con el acierto debido y eso es lo que le diferencia del resto de los adversarios. Falta de confianza o de calidad, ¿qué más da? Por eso el Depor está ahí.