La exhibición de entrenador de Marcelino García Toral y el hambre de gloria eterna de Raúl García ante el Madrid dejaron al equipo de Zidane fuera de la pelea por el primer título de la temporada, en un duelo condicionado por dos malas decisiones de Lucas Vázquez y la falta de pegada madridista.
El plan perfecto de Marcelino sacó a relucir las carencias del equipo de Zinedine Zidane. Le mordió arriba, con presión alta con puntales como Williams, Muniain y Raúl García, con la seguridad de que el riesgo de adelantar líneas es menor ante un Real Madrid sin futbolistas que busquen el espacio. Logró incomodar el inicio de jugada y provocar un cortocircuito como el de Lucas a los 18 minutos. Arriesgó en el pase donde se debe, la novedad Dani García cortó y Raúl García no perdonó. Fue el castigo a un Real Madrid al que se le torció todo desde el calentamiento. Su capitán Sergio Ramos lo abandonaba aunque luego saltase a jugar. Con retoques tácticos de Zidane metiendo a Marco Asensio en la izquierda, otorgando libertad de movimiento a Hazard y entregando toda la banda derecha a Lucas Vázquez. Los avisos madridistas fueron con balas de fogueo. Modric con el exterior desde la frontal, un zurdazo de Hazard que pudo sorprender a Unai Simón por colocar mal el cuerpo y un testarazo de Ramos le invitaban a imaginar un guión diferente.
Pero el Real Madrid acusa que Hazard esté lejos de quien debe ser y ese tiempo para el regreso cuesta caro en partidos decisivos. Su falta de rodaje se notó tras un pase picado perfecto de Casemiro que dejó al belga solo. Le falta confianza para definir con rapidez y tardó un mundo en decidirse, para acabar con un pase al rival dejando escapar una clara ocasión. Menos dudas había mostrado Raúl García cuando recibió dentro del área. Cuerpo bien colocado y derechazo raso para superar a Courtois.
Plan sobre ruedas
El plan de Marcelino iba sobre ruedas y el Real Madrid, ni Zidane desde el banquillo, encontraron soluciones. Todo lo que pudo pasar en el resto del primer acto fue a peor. Raúl García acarició el poste con un zurdazo, Courtois respondió al disparo seco de Muniain y cuando Lucas Vázquez intentaba resarcirse con un pase a Asensio que remataba cruzado, llegaba su segundo error fatal. Despiste en la marca y agarrón en el segundo palo a un central como Iñigo Martínez. Mayor el castigo que haberle dejado rematar tirando una moneda al aire. Cartulina y balón a la escuadra por Raúl García.
Un Real Madrid con poco gol debía buscar tres en la segunda mitad. Misión imposible mirando a los ojos a uno de sus grandes males, pero no le faltó orgullo para volcarse. El Athletic dio un paso atrás, bien por empuje del rival o por reservar fuerzas para los últimos minutos, y Muniain tuvo en su cabeza la sentencia.
Se vio en la lona el Real Madrid y con una vida extra pero la fortuna le dio la espalda. Marco Asensio no se cansó de buscarlo, con disparos desde cualquier rincón, exhibiendo confianza y asumiendo responsabilidad. Rozaba el larguero de un zurdazo y se estrellaba con el poste tras un pase atrás de Hazard. El Athletic reculaba por cada minuto que pasaba y le empezaban a faltar fuerzas.
Disfrutaba de su mejor momento en el partido el equipo de Zidane que hizo honor a uno de sus lemas y jamás se rindió. Hasta el último instante, con el colegiado decidiendo en el VAR si era penalti una acción sobre Ramos, buscó la prórroga. Courtois se hacía gigante en un mano a mano con Villalibre, el travesaño repelía otro disparo de Asensio y Benzema le metía emoción con un gol al límite del fuera de juego. Anulado de inicio y concedido desde la revisión.
Le restaban quince minutos al Real Madrid para encontrar premio a la heroica y fue cuando llegó el último movimiento en la pizarra de Marcelino. Sus cambios volvieron a adelantar líneas y el intenso duelo murió con un gol anulado por fuera de juego a Benzema. Zidane regresa a la irregularidad y el Athletic, resucitado, buscará la gloria del título en la final.