Los secundarios, a escena
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Miguel Suárez y su copiloto Adrián Alvarellos compiten con un Saxo con motor 8 válvulas cuyo valor en el mercado difícilmente alcance los 6.000 euros | mds

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Este fin de semana, más de un centenar y medio de vehículos participarán en el Rally Botafumeiro, sexta cita del Campeonato Gallego. Forzosamente, la realidad deportiva y económica de muchos equipos implica que sus respectivas máquinas (así como el resto de medios a su alcance) estén a una distancia sideral de los exclusivos coches con los que Senra, Meira o Caamaño lucharán por la victoria absoluta. 
Miguel Suárez (34 años, y compitiendo de forma esporádica desde hace nueve) participará por primera vez en un rally de asfalto, a bordo de un coche cuyo valor en el mercado difícilmente alcance los 6.000 euros.  

Medios muy limitados
Él y su copiloto Adrián Alvarellos no son, ni mucho menos, los únicos que afrontan esta pasión con medios muy limitados, sino que el pelotón está plagado de similares ejemplos, de casos que constatan dos hechos. El primero, que la afición al automovilismo no permite que el dinero ponga límite a los sueños, sino que basta con soñar cosas más sencillas. El segundo, la falta de una ‘pirámide competitiva’ para diferentes presupuestos. “Muchas de las exigencias, costes de inscripción o licencias, son exactamente las mismas para correr en rallies que para modalidades como el slalom, autocross, subidas o rallymix, así que para eso es mejor ir a los rallies directamente, donde corres durante más kilómetros”- explica Suárez, que este año ha competido en tres pruebas del Gallego de Rallymix.
Suárez y Alvarellos emplean un Saxo con motor 8 válvulas, de apenas 100 CV, con leves mejoras en árbol de levas y centralita. La caja de cambios es de serie, aunque con un grupo más corto. Lleva una suspensión deportiva (sin alardes: apenas es regulable en dureza y alturas), y unos frenos mejorados. Al margen, claro está, del equipo de seguridad obligatorio. 
Miguel Suárez explica que “Hemos hecho una pequeña inversión, comprando cosas como llantas extra o una parrilla de faros. En las pruebas que normalmente disputamos, no se necesita llevar herramienta en el coche, ni siquiera una rueda de repuesto. El objetivo es ante todo terminar, y si lo conseguimos será sin duda gracias a los patrocinadores, y todos los amigos que nos echan una mano”, concluye el piloto. 

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