El Barcelona y los abogados de Luis Suárez se reunieron anoche para negociar la rescisión del contrato del delantero, con el Atlético de Madrid a la espera de que el delantero uruguayo se desvincule para poder ficharlo.
Fuentes del club azulgrana confirmaron una nueva reunión para desencallar la situación, que se complicó tras la aparición de la entidad madrileña como posible destino del atacante charrúa.
Y es que la salida de Suárez, que hasta hace pocos días estuvo negociando con la Juventus, dependía de un acuerdo por el cual el club azulgrana le liquidaba parte de su contrato de la próxima temporada a cambio de que el futbolista renunciara al resto.
Sin embargo, el Barça no estaba dispuesto a dejar al internacional uruguayo marcharse al Atlético de Madrid sin una compensación económica, pues se trata de uno de los rivales directos tanto en LaLiga como en La Liga de Campeones.
Ayer era el día fijado por el club madrileño para oficializar el fichaje de Luis Suárez, quien de momento sigue entrenándose cada día a las órdenes de Ronald Koeman con la camiseta azulgrana mientras espera su fichaje por el Atlético.
Investigación en Italia
Las autoridades italianas investigan si el examen por el que el delantero uruguayo obtuvo su ciudadanía en el país pudo estar amañado y pudo contar con antelación con las preguntas y los temas a tratar.
La investigación la están llevando a cabo la Guardia di Finanza y la Fiscalía de Perugia y, según las primeras investigaciones, Suárez podría haber contado con ayuda para aprobar el examen e incluso podría haber sido puntuado antes de responder a las preguntas, se lee en un comunicado de la Fiscalía de Perugia.
El examen fue realizado en la Universidad para Extranjeros de Perugia y por el momento están siendo investigados la rectora Giuliana Grego Bolli; el director, Simone Olivieri; los profesores Lorenzo Rocca y Stefania Spina; y la trabajadora Cinzia Camagna; pero no el propio Luis Suárez.
Según la transcripción de unas conversaciones interceptadas por la Fiscalía de Perugia Stefania Spina, encargada de preparar el examen, reconoce que el profesor Lorenzo Rocca le había “hecho una simulación” al jugador y había acordado las preguntas.
Spina también admite que el delantero del Barcelona “no habla una palabra” de italiano, “no conjuga verbos” y “habla al infinito”, por lo que “aprobar un examen de dos horas de esa forma no es fácil”.