Para la inmensa mayoría de los aficionados, a juicio de todos los comentarios habidos y por haber, el actual Consejo de Administración ya ni pincha ni corta a la hora de la toma de decisiones importantes que afectan al Real Club Deportivo. Es lo que se dice y lo sucedido en el cierre del mercado en la noche del lunes así lo certifica.
Sin embargo la realidad puede ser diferente si el accionista mayoritario se dispone a hablar y explicar los planes que tiene para la centenaria entidad, porque Fernando Vidal y sus consejeros han quedado en evidencia, con las manos atadas, a la hora de tomar una decisión económica importante como es la de fichar.
Los ‘dueños’ del club han exigido que despacharan a Diego Rolan al primero en hacerse cargo de su ficha, por lo poco aportado. Como mucho disputar en el futuro un Trofeo Teresa Herrera. Y es que el uruguayo ha sido el máximo exponente del fracaso en la confección de la plantilla en tiempos de pandemia. En una palabra, que la credibilidad futbolista de la dirección deportiva, y también del que la apoyaba, está bajo mínimos a la vista de los últimos acontecimientos del equipo en la competición.
¿Y la solución? Complicada. Todo queda en si Rubén de la Barrera es capaz de recuperar el terreno perdido en las seis jornadas que faltan para acabar la primera fase. Al técnico no le faltan ganas ni tampoco ambición. Quizás le han dado demasiado tarde las riendas de una plantilla mal trabajada, poco implicada y sin sufrimiento.