Derrota, a la que los jugadores Fabril están acostumbrados esta temporada, de las que duelen todavía más porque ha sido ante un rival directo y porque ese ha sido el Celta B. Alberto Solís dejó frito al Fabril, que sigue sin convencer, con un doblete en menos de diez minutos en la segunda parte.
Antes de empezar el partido, el Fabril ya había sorprendido. De golpe y porrazo, Sergio Pellicer se cargó a cinco titulares del anterior partido contra el Inter de Madrid: dejó al mediocentro Gandoy fuera de la convocatoria y a Lucas, Carlos López, Víctor García y Jony Montiel en el banquillo. La otra novedad estuvo en el sistema. Pasó del habitual 1-4-2-3-1 y apostó por un dibujo (1-5-3-2) con tres centrales (Quique, Raúl y One) y dos puntas (Abeledo y Uxío). En el centro del campo actuaron Gaizka, Javi Cobo y Segado y en los carriles Leto, el último fichaje, por la derecha, y Valín por la izquierda. El plan, al menos de inicio, fue jugar directo sobre Uxío para que Abeledo corriese o para que Javi Cobo y Segado se hiciesen con la pelota en la caída. No salió del todo bien.
La primera parte fue igualada. El Celta B ofreció mejores sensaciones en los diez primeros minutos. Una apertura de Apeh, el mejor del equipo vigués en la primera mitad, a la banda derecha para Bermejo terminó con una ocasión de este último tras hacer una conducción hacia dentro y soltar un zurdazo raso desde la frontal que Cobo atajó. El Fabril tuvo un remate de Valín, que pisó área y soltó un tiro forzado con la izquierda llevando el cuero al lateral de la red. Con el paso de los minutos, el conjunto coruñés supo cómo anular la salida de balón del rival. Pampín, lateral izquierdo, se metía hacia dentro para que Solís y Molina no se encontrasen en inferioridad con Gaizka, Cobo y Segado, y dejaba en el carril zurdo una situación de uno contra uno de Pastrana, que tiene mucha calidad pero la de ayer no fue su tarde, con Leto.
El segundo período recordó al primero porque el Celta B volvió a pisar el acelerador tanto en juego como para pisar área rival. Pastrana tuvo una doble ocasión nada más empezar la segunda mitad: la primera terminó con un desvío a córner y la segunda, tras ejecutarse el saque de esquina, no creó tanto peligro como el centro chut de Alende (min.50) que obligó a estirarse a Cobo para evitar el gol con la punta de los dedos. El Fabril vio la luz gracias a un imperdonable error del Celta B en las vigilancias ofensivas en un córner a favor. El Depor B neutralizó el saque de esquina, despejó y encontró a Abeledo, que se permitió correr 40 metros prácticamente sin oposición. En el área y demasiado forzado, cruzó en exceso ante Villar.
El encuentro estaba para una acción a balón parado o para un destello técnico de cualquiera de los muchos futbolistas con talento que había sobre el campo. Alberto Solís decidió que iba a ser el MVP del partido. Alende (min.62), cerca del área del Fabril a la altura del punto de penalti, sacó de banda en largo, One despejó en primera instancia sin disipar el peligro, Segado saltó de mentira ante Iban Salvador y la pelota llegó a la frontal, donde Solís la enganchó a bote pronto con el exterior de la derecha llevándola cerca de la escuadra izquierda de Álex Cobo. El segundo tuvo como asistente a Bermejo, que hizo un gran control con la derecha, orientó con la zurda y dio un último pase sensacional entre las piernas de One. Quique no fue capaz de anular la entrada de segunda línea de Alberto, que controló y remató (2-0) ante Cobo con el interior de la diestra.
Con 1-0 en contra, sin llevar el control del juego, con la exigencia de ganar el partido y con poco margen de maniobra porque faltaban 25 minutos, Pellicer tiró de variantes tácticas y de futbolistas para tratar de descontrolar al Celta. Sacó a Raúl, un central que tenía tarjeta amarilla, para dar entrada a Víctor García, un extremo que jugó de mediapunta por detrás de Uxío y Abeledo, con lo que el filial del Depor alteró el posicionamiento de los medios, pasando a jugar con Cobo y Segado como pareja y Víctor por delante; sin alterar la línea defensiva de cinco piezas.
Con 2-0 en contra, con prácticamente ninguna opción de llevarse los tres puntos de Barreiro y con muy pocas de sumar, Pellicer hizo un doble cambio y entonces sí modificó el sistema y puso a muchos futbolistas de corte ofensivo en el campo. Salieron Gaizka, que estaba jugando de central, y Javi Cobo, uno de los mediocentros, para que entrasen dos mediapuntas: Bicho y Montiel. Jugó con línea de cuatro atrás, Segado por delante, otra línea de cuatro muy ofensiva –Víctor, Bicho, Montiel y Abeledo– y Uxío, que volvió a tener muy pocos balones en el área en situaciones de remate, como jugador más avanzado.
Lo único que consiguió el Fabril, ya en el tiempo añadido, fue enviar un balón al larguero en un cabezazo de Víctor García tras una falta lateral ejecutada desde la derecha. A diez puntos de la permanencia y sin haber ganado en las cuatro últimas jornadas a ningún rival directo, el Depor B empezó a cavar su tumba en Barreiro.