El Celta logró ayer en Balaídos ante el Athletic su segunda victoria de la temporada con un gol de Iago Aspas, que estrenó su cuenta goleadora esta temporada en la Liga, un tanto rodeado de incertidumbre porque el VAR corrigió la decisión inicial del árbitro de anularlo.
Escribá colocó su equipo habitual, mientras que Garitano presentó las novedades de Balenziaga y De Marcos, recuperado de una lesión que lo mantuvo mes y medio fuera de los campos. No hubo apenas ocasiones durante el primer tiempo. Y eso que el partido se abrió con un peligroso cabezazo de Aspas en la primera jugada. Fue un espejismo.
Sin un claro dominador, pese a la mayor posesión de la pelota del equipo celeste, el Athletic apenas asomó sobre el área de Rubén, salvo una buena acción de ataque trenzada en el minuto diez sin definición en los metros finales.
Tampoco el Celta ofreció dosis de peligro. Mediado el primer tiempo, el Celta avisó con un pase atrás de Rafinha a Iago Aspas, que lanzó cerca del área pequeña pero su tiro lo despejó Íñigo Martínez, y cerca del descanso, una gran acción entre Rafinha y Denis Suárez no logró culminarla Santi Mina, que finalizó la triangulación con un lanzamiento desviado.
Ese guión de igualdad sin peligro se mantuvo durante los primeros veinte minutos de la segunda mitad.
Le costó al Celta resquebrajar el orden defensivo del conjunto de Garitano. Con poco ritmo y sin apenas capacidad de sorpresa en su ataque, el equipo vigués se refugió en un saque de esquina para sentenciar el partido, un córner que prolongó de cabeza Santi Mina para que marcase el gol Iago Aspas en el segundo palo. El árbitro anuló el cabezazo de Aspas por fuera de juego, pero el VAR corrigió esa decisión.