A la tercera fue la vencida
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A la tercera fue la vencida

A la tercera fue la vencida
El representado de Fabian Cancellara se cobró a lo grande la deuda que la ‘Grand Boucle’ tenía con él | Stuart Franklin

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Marc Hirschi dio la razón a su representante, su compatriota exciclista Fabian ‘Espartaco’ Cancellara, quien le considera el Kylian Mbappé del ciclismo, al adjudicarse a lo grande la duodécima etapa, entre Chauvigny y Sarran Corréze, que mantuvo a Primoz Roglic como maillot amarillo. 

Exhibición del joven suizo de 22 años, enrabietado tras quedarse dos veces con la miel en los labios. A la tercera fue la vencida. A su estilo, en solitario y con alarde de fuerza y poderío, Hirschi estrenó su palmarés en la etapa maratón de la presente edición, de 218 kilómetros. 
El campeón del mundo y de Europa sub-23 entró en Sarran eufórico, 46 segundos antes que Pierre Rolland y con 50 de renta sobre un grupo que incluía a Jesús Herrada. El pelotón eliminó una hoja del calendario a 2:03. 

La etapa más larga del Tour 2020 –y la única supera los 200 kms– salió de la pequeña localidad medieval de Chauvigny con ánimo escapista. 

Gigantes a la fuga
Tras varios intentos, un grupo de gigantes lograron marcharse a la aventura. Se metieron los tres ciclistas más altos del pelotón: Walscheid (NTT), de 1.99 metros, Politt (Israel) y Asgreen (Deceuninck), ambos de 1.92, y dos españoles de altura, Luis León Sánchez (Astana) e Imanol Erviti (Movistar), de 1.86 y 1.89 respectivamente. Para compensar les acompañó Burgaudeau (Direct Energie), con 1.68 uno de los diez más bajos de este Tour. El pelotón no se puso nervioso y estabilizó la fuga en torno a los tres minutos como mucho. 

La etapa de los homenajes que ideó la organización, por aquello de pasar por el pueblo natal del legendario Raymond Poulidor y finalizar en Sarran, el del expresidente galo Jacques Chirac, empezó a toda mecha, con 51 kilómetros cubiertos en la primera hora. Sin licencia para llegar, el quinteto rodó en armonía sabiendo que el gran grupo les iba a echar el guante en cuanto se lo propusiera. 

El interés orográfico estaba concentrado en los últimos 45 kms, con La Croix du Puey (3ª) y Suc au May (2ª). En la primera de ellas atacó Marc Soler (Movistar), anuló la fuga y seleccionó un grupo de seis con Schachmann, Benoot, Andersen, Hirschi y Pacher. 

En Suc au May, de 3.8 kms al 7.7%, Hirschi volvió a mostrar su ambición. Se destacó subiendo y en solitario se jugó algo más que el pellejo bajando.  Un final de clásica con el joven suizo de protagonista, arriesgando para cumplir su sueño ante la acometida de varios grupos perseguidores. Por detrás, Soler y Schachmann a un puñado de segundos, más atrás con Julian Alaphilippe (Deceuninck) arrastrando a otro grupo a base de tirones. Los favoritos, juntos; en tiempos de tregua, y los sprinters olvidados en cola de pelotón, sufriendo en las subidas. 

Hasta la meta, 16 kms de emoción por el juego del ratón y el gato. Ni un metro de llano para un final de aroma clásico. Hirschi, también campeón del mundo juvenil en pista, no se dejó atrapar por Alaphilippe, que iba sin cadena, desatado oliendo su segunda victoria. 

Ocho años después
El francés tiró la toalla a 4.000 metros de Sarran, se dejó alcanzar por el grupo de Herrada y se concretó la revolución juvenil de Hirschi. Desde Cancellara en 2012, no ganaba un suizo en el Tour. Para ‘Espartaco’, Hirschi es el Mbappé del ciclismo. Si lo dice uno de los mejores clasicómanos de la historia, por algo será.

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