El australiano Kaden Groves (Alpecin) se impuso al francés Bryan Coquard (Cofidis) en el esprint de la sexta etapa de la Volta a Catalunya con final en Molins de Rei (Barcelona), gracias a una gesta en los últimos tres kilómetros, en los que tuvo que atrapar al gran grupo y avanzar posiciones tras pinchar la rueda a falta de poco más de tres kilómetros para la meta.
En el esprint también participaron el líder, el esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma), y el segundo en la general, el belga Remco Evenepoel (Quick-step).
Pero ninguno de los dos obtuvo bonificaciones. Éstas ya las habían sumado en los dos esprints intermedios de la jornada. El primero fue para Roglic y, el segundo, para Evenepoel. Así, la diferencia sigue siendo de 10 segundos antes de la etapa definitiva que se vivirá mañana domingo en Barcelona.
Y eso que Evenepoel intentó dar la sorpresa en el puerto de segunda categoría de la jornada. Pero Roglic le siguió la rueda en todo momento y la aventura del dúo hacia la meta se acabó porque el líder no tuvo ningún interés en darle relevo a su gran rival.
De todas maneras, reventaron todas las previsiones de etapa tranquila y no se dieron tregua en un trazado favorable para los velocistas tras la cancelación por razones de seguridad de la subida al Alt de Fontpineda, situado a 13,5 kilómetros de meta. Para ellos las excusas no sirven cuando están subidos a una bicicleta.
La batalla por la general provocó que la fuga de la jornada no se formara hasta pasado el primer esprint intermedio, ubicado en el kilómetro 66 del recorrido, a pesar de los múltiples intentos que hubo. Algunos de ellos estuvieron protagonizados por compañeros de equipo de Evenepoel, pensando en un futuro ataque del campeón del mundo.
El primero en intentarlo fue el italiano Mattia Cattaneo y, el segundo, el belga Ilan Van Wilder. Pero ninguno de los dos logró el objetivo a causa del altísimo ritmo del pelotón. El Jumbo Visma de Roglic no dejó que nadie se fuera de aventura.
Esto comportó que un trocito de la general se jugara en el esprint intermedio de las Terres de Lleida. Allí Roglic y Evenepoel lucharon por las bonificaciones y el líder logró ampliar un segundo más su margen, hasta los 11 segundos. Pero sobre todo fue un nuevo golpe psicológico tras el majestuoso triunfo del esloveno el viernes en Lo Port (Tarragona).
A falta de 90 kilómetros hubo una caída múltiple en la que se vio implicado el colombiano Egan Bernal (INEOS), ganador del Tour de Francia y el Giro de Italia. El bogotano, que participaba en su primera carrera World Tour tras el gravísimo accidente que sufrió a principios de 2022, decidió abandonar a causa de la caída. Aun se desconocen las consecuencias físicas de la caída.
Mientras tanto, intentó consolidarse la escapada, que finalmente consiguió abrir un hueco significativo a falta de 80 kilómetros de meta. La formaron el español Carlos Verona (Movistar), el francés Geoffrey Bouchard (AG2R), el británico Oscar Onley (DSM), el danés Jonas Gregaard (Uno-X Pro Cycling) y los italianos Fausto Manada (Quick-Step) y Simone Velasco (Astana).
Pero el Cofidis, pensando en una llegada al sprint con Coquard, y el Israel-Premier Tech, con el neozelandés Corbin Strong en mente, tiraron del pelotón y no dejaron que la escapada se fuera mucho más allá del minuto de diferencia.
De hecho, el pelotón neutralizó la fuga en el inicio del único puerto de la jornada, el Alt de la Creu d’Aragall de segunda categoría, con la cima ubicada a 27 kilómetros para la meta. Y entonces llegó el primer gran ataque del día. El español Marc Soler (UAE Team Emirates), que ya realizó una excelente ascensión a Lo Port, atacó en las primeras rampas y abrió un hueco de 30 segundos.
Por detrás, a falta de 500 metros para el alto, Evenepoel buscó sorprender a Roglic y el líder le aguantó la rueda. De todas maneras, el belga no frenó y se fueron juntos en busca de Soler. El descenso fue a un ritmo vertiginoso y finalmente lograron conectar con el español a falta de 21 kilómetros para la meta.
Entonces el Bahrain Victorious empezó a hacer un trabajo grupal en el gran grupo para evitar que Soler, quinto en la general, superara al también español Mikel Landa, con quien estaba empatado a tiempo. El esfuerzo trajo sus frutos y Soler se dejó ir cuando notó su aliento en el cogote.
Así, Roglic y Evenepoel se fueron juntos hacia la meta, con el segundo tirando de la escapada a pesar de que le pidió al esloveno en reiteradas ocasiones que le relevara. Finalmente, el campeón del mundo decidió tirar la toalla a 9 kilómetros para el final, visiblemente molesto con Roglic.
El parón fue un simple espejismo porque, a pesar de ser neutralizados por el pelotón, un kilómetro después llegó otro esprint intermedio y ambos volvieron a esprintar. En esta ocasión, el vencedor fue Evenepoel, con Roglic a rueda, y el de Quick-step recuperó el segundo perdido. Tercero fue Soler, que se llevó un segundo que lo catapulta hacia el cuarto puesto de la general.
En un final de locura, también intentaron escaparse Landa y el italiano Giulio Ciccone (Trek-Segrafredo), el vencedor en Vallter, pero los equipos de los esprínters finalmente lograron controlar la situación.
La mala fortuna fue para Kaden Groves, quien ya había ganado en Sabadell, que pinchó rueda a poco más de tres kilómetros. Pero en un abrir y cerrar los ojos el australiano convirtió este infortunio en un punto de partida para lograr una remontada extraordinaria que lo llevó a su segundo triunfo de etapa en esta Volta.
Las hostilidades vivirán su última jornada este domingo en el tradicional circuito de Montjuïc (Barcelona), que se afrontará seis veces. El único puesto del podio que parece decidido es el tercero, ocupado por el portugués Joao Almeida (UAE Team Emirates). Pero en esta Volta nada se puede dar por sentado.