Enmanuel Reyes: "Nos tratan de borrachos y maleantes, pero somos deportistas profesionales"
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Enmanuel Reyes: "Nos tratan de borrachos y maleantes, pero somos deportistas profesionales"

Enmanuel Reyes: "Nos tratan de borrachos y maleantes, pero somos deportistas profesionales"
El púgil cubano afincado en A Coruña lanza un jab en las instalaciones de este diario | Quintana

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Enmanuel Reyes Pla (14 de diciembre de 1992, La Habana) cumple con los tópicos del estereotipo cubano: emigrante, habla por los codos y se toma con humor todas las adversidades que ha sorteado en una vida de película. Sin embargo, cuando habla de boxeo huye de los lugares comunes: “Nos tratan de borrachos, maleantes y gente violenta, pero somos deportistas profesionales”, reivindica.

 

 

Una semana después de sacar el billete para los Juegos de París en el Preolímpico de Busto Arsizio (Italia), El Profeta visitó la redacción de este diario para charlar tranquilamente. Lanza directos y jabs a todas las preguntas. “Que todo el mundo sepa que ya estoy de vuelta, aquí está otra vez El Profeta dando palo”, avisa el púgil cubano afincado en A Coruña, que no se conforma con una medalla cualquiera el próximo verano. Bronce en el Mundial de Belgrado 2021 y plata en el Europeo de Ereván 2022, sueña con el oro olímpico. “Y nadie se va a poner en medio”.

 

Objetivo cumplido en Italia. Ya tienes el billete para los Juegos Olímpicos.
No habíamos logrado la clasificación en los Juegos Europeos del año pasado [fue medalla de bronce, pero sólo había dos plazas para París], pero entrenamos y llegamos súper bien al Preolímpico para dar un golpe en la mesa. Que todo el mundo sepa que ya estamos de vuelta. La gente pensaba que estaba perdido, pero aquí está otra vez El Profeta dando palo. Había que tomarse un descanso y reflexionar para volver con buen paso y lo hicimos en Italia, que era lo importante. Fue un torneo fuerte. En mi peso se quedó mucha gente fuera, pero no hubo sorpresas.

 

Que todo el mundo sepa que ya estoy de vuelta, aquí está El Profeta dando palo

 

¿Cuál es tu hoja de ruta hacia  París?
Me quedan cuatro meses de entrenamientos con la mirada puesta en los Juegos y, según lo que decidan los entrenadores, iremos antes a uno o dos torneos. Ya tenemos pactada una pelea a seis asaltos en Madrid [en el torneo olímpico los combates son a tres ‘rounds’], a la espera de la confirmación de la IBA [Asociación Internacional de Boxeo, por sus siglas en inglés]. También vamos a ir al Preolímpico de Tailandia para entrenar y ver lo que nos podemos encontrar en París porque en Asia está subiendo el nivel.

 

¿Todavía recuerdas la derrota contra el cubano Julio La Cruz en Tokio?
Sí, claro, pero con más calma. Yo sé que gané. Todo el mundo lo vio y los que entienden de boxeo saben que le hicieron un regalo.

 

¿Te gustaría una revancha en París?
Si me cae de nuevo tendré que volver a arrancarle la cabeza, pero no me quita el sueño. Mi sueño es ser campeón olímpico y nadie se va a poner en medio. Cuando me subo al ring no tengo amigos, no respeto a nadie, ni a los campeones.

 

“El Profeta dando palo” y “vamos a arrancar cabezas”… frases que te hicieron famoso.
Sinceramente no me gusta ser tan mediático. La gente le dio mucha importancia, pero son cosas que he dicho siempre, hasta con mis compañeros de gimnasio. Nosotros las vemos normales, pero la gente de afuera piensa que estoy loco (ríe). En Tokio, después del primer combate, cuando ya estaba acostado en la cama y hablando con mis compañeros, nos impactó todo lo que se dijo de mí en redes sociales. Dimos a conocer el boxeo. Nos quedamos con eso, pero yo no quiero ser famoso ni ir a Tele5, sólo quiero ser campeón olímpico y que mi familia esté orgullosa.

 

Si me cae de nuevo [La Cruz], tendré que volver a arrancarle la cabeza

 

Estás a dos combates de las medallas y a cuatro del oro.
A París ya vamos los 16 elegidos de cada peso. Nos conocemos todos, salvo que aparezca algún satélite, como digo yo. Hay que estar preparado, mentalizado y no fallar. Un error te puede mandar para casa.

 

¿Es el boxeo un deporte estigmatizado?
Sí. Lo ha sido siempre. Nos tratan de borrachos, maleantes y gente violenta, pero somos profesionales, como en otro deporte cualquiera, con nuestro entrenamientos, el gimnasio, la dieta…

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El Profeta estampó su firma en la redacción de este diario | Quintana

 

¿Cómo explicas que el boxeo tenga la etiqueta amateur en el programa olímpico? 
Mucha gente piensa que el boxeo profesional es más fuerte que el amateur y es al contrario. En profesionales puedes hacer dos o tres peleas al año y te pesas el día antes. En amateur hacemos varios torneos, con tres o cuatro peleas en una semana, y nos pesamos todos los días. Hay mucho más desgaste.

 

¿Cuál es la situación del boxeo en España?
El boxeo profesional está cogiendo fuerza en España, pero todavía no llegamos al nivel de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania… Es un deporte que no está bien mirado por el Gobierno, pero hay otros mucho más violentos y en los que te puedes hacer más daño. El problema es que aquí falta base, se empieza muy tarde, con quince años, y yo en Cuba empecé con cinco. Entiendo que los padres no le quieran inculcar a sus hijos la violencia, pero a mí el boxeo me ha enseñado muchas cosas en la vida, como ser correcto o respetar a las personas. Nos damos de piñazos en el ring, pero nunca terminamos enfadados y al bajar del cuadrilátero acabamos abrazados.

 

La gente quiere ver sangre, pero eso no es boxeo, es una porquería

 

Ya has debutado como profesional, ¿te planteas reanudar esa carrera?
Sí. Ahora está parada por las Olimpiadas, pero es algo que tengo que pensar: buscar espónsors y rivales. El problema es que en España no hay dinero. Y depende de las divisiones. En la mía, el peso crucero, es difícil encontrar rivales. Para ganar 2.000 euros y que les parta la cara, no vienen. Por eso los boxeadores españoles salen fuera a pelear por un cinturón. Es un riesgo porque no te van a cuidar tanto como nos cuidan aquí, pero es lo que hay.

 

¿Cómo definirías tu estilo en el ring?
Soy un estilista, con mucho movimiento de piernas y golpes rápidos, de entrar y salir. Los cubanos combinaron el estilo europeo, más pegador y de fuerza, con el americano, que es más de defenderse con las piernas. El concepto es ‘dale y que no te den’, el boxeo no es subir arriba del ring y ‘pim, pam, pim, pam’. En profesionales, a la gente que no sabe no le gustan las peleas técnicas, quieren ver sangre, pero eso no es boxeo, es una porquería. Te estás cagando a piñazos y pareces un carnero que se está desangrando.

 

Llevas boxeando más de veinte años, ¿pasa factura?
En el boxeo pesan tanto o más el entrenamiento que los golpes. Hay que levantar muchas pesas, correr, las lesiones que no curas bien, dar el peso… Dicen que el deporte es bueno para la salud, y es verdad, pero a nivel de competición es malo para el cuerpo. Cuando te retiras aparecen todos los dolores de los golpes y las lesiones.

 

Hablas de dar el peso, ¿es muy complicado mantenerse?
En Cuba he pasado semanas sin comer un plato de comida porque tenía que bajar 10 kilos, pero yo me he movido siempre entre 80 y 90. He visto a compañeros de mi talla bajar a 47kg. Y esos compañeros tienen ahora muchos problemas en los riñones o en los huesos. Todo por el sueño de llegar al equipo nacional y competir en unos Juegos Olímpicos.

 

A veces es bueno echarle un poco de chatarra al cuerpo: una pizza, una hamburguesa...

 

¿Cómo es la dieta de un boxeador?
En el equipo nacional tenemos un dietista, pero en mi caso la llevo yo. Le digo, ‘de lunes a viernes, tu dieta, el fin de semana, olvídate de mí’. Hay que saber entender y escuchar tu cuerpo, si no estás jodido. Aunque te digan que no, a veces es bueno echarle un poco de chatarra al cuerpo. Después, cuando estás en la pelea o tienes que gastar energía, no responde igual.

 

Eres más de sensaciones.
Siempre digo que yo soy un deportista común y cuando estoy cansado paro de entrenar. Hay días que llamo al profesor y le digo ‘hoy no voy a entrenar, deme la mañana, que estoy muerto’. Sólo yo conozco mi cuerpo y si lo quemo no voy a rendir bien. En los deportes de combate no se puede entrenar 24/7 ni rendir siempre al 100%. Cuando llevas años en esto y tienes mucha carga, hay que relajarse un poco. El que diga lo contrario miente.

 

¿Te fijas en otros boxeadores?
Teófilo Stevenson y Muhammad Ali son mis favoritos. Me gusta ver vídeos de sus peleas y sacar cosas para llevarlas a mi estilo.

 

¿Ves muchos combates?
Veo muy poco boxeo, ni siquiera mis combates o los de los rivales. Eso se lo dejo al profe y él habla conmigo antes de cada pelea.

 

 

"Soy más español que los españoles, me conquistó Cristóbal Colón"

Enmanuel Reyes dejó Cuba en 2017 para cumplir su sueño de disputar los Juegos Olímpicos, una posibilidad que en su país le cerraron una y otra vez. El Profeta encontró en España su lugar en el mundo y se dice “más español que los españoles”.

 

¿Te costó mucho abandonar tu país en busca de un futuro mejor?
Para nada. Soy cubano en la sangre, pero a mí Cuba me ha quitado muchas cosas. Es un país que es cruel con su gente, que se mata trabajando y no tiene lo básico: una buena casa, buena comida... Mi abuela, por ejemplo, se murió sin nada y ni siquiera pudo salir de la isla.

 

¿Reniegas de Cuba?
Cuando hablo de Cuba yo hablo de mi comunidad, de San Miguel, mi barrio en La Habana, donde me crié y donde está la gente que lo ha dado todo por mí. Lo demás me da igual. Hasta después de irme y nacionalizarme en España no querían dejarme entrar cuando lo pedí.

 

¿Te sientes español?
Soy español, como si hubiera nacido aquí. La gente piensa que no porque soy negro y hablo como un cubano, pero siempre digo ‘Soy más español que los españoles porque a mí me conquistó Cristóbal Colón’.

 

Tardaron unos dos años en darte la nacionalidad, ¿qué te parece que a Ilia Topuria se la concediesen nada más ganar el título de la UFC?
No me gustó. Todo el mundo se ha subido a su barco porque ha ganado un cinturón grande, incluso el Gobierno porque él se quejó de que no le recibían. Hay muchos deportistas españoles que han hecho más que Topuria y no les recibió nadie.

 

¿Con quién te sacaste una foto en Tokio?
Mirar y saludar, sí, pero no me gusta tirarme fotos. En Tokio coincidí en un ascensor con los hermanos Gasol [Pau y Marc] y fueron súper majos, pero no se me ocurrió pedirles una foto. Soy muy cuidadoso con eso. Por ejemplo, tengo amistad con Martiño Rivas y cuando quedamos para salir, respeto mucho su privacidad.

 

¿Qué otros deportes o deportistas te gustan además del boxeo?
El béisbol, el baloncesto o el tenis, por Rafa Nadal, que es un deportista enorme, y se ha respuesto de muchas lesiones... También me caen muy bien Carlos Arévalo o Carolina Marín, que es una fenómena y no tiene el reconocimiento que debe tener. Lo ha ganado todo en un deporte dominado por asiáticas. En la India es como Messi o Cristiano y aquí la pones en la Gran Vía y la paran dos o tres. Eso me da roña.

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Reyes, durante la entrevista en el Palacio de la Ópera | Quintana

“La afición del Depor es la mejor del mundo”

El Profeta eligió A Coruña por una cuestión familiar. Aquí llegó su tío hace ya dos décadas y luego se unieron su padre, sus dos hermanos, su tía y sus abuelos. Aunque se entrena en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid y reside en la capital, el púgil presume de nuestra ciudad y vuelve siempre que puede a su hogar en la calle Barcelona y al gimnasio de Planas Box.

 

¿Por qué A Coruña?
Fue fácil de elegir porque aquí está mi tío desde hace veintipico años y luego fueron viniendo mi tía, mi padre, mis hermanos y mis abuelos. A Coruña es mi casa.

 

¿Cómo te adaptaste a la ciudad?
Me adapté rápido porque me recuerda a La Habana en muchas cosas: el mar, la estructura de la ciudad, los nombres de algunas calles... Lo único jodido es que llueve mucho (ríe). Por lo demás, me gusta todo: puedo ir caminando a cualquier sitio, la gente, la comida...

 

¿Qué te gusta comer cuando vienes?
De todo: ternera gallega, centollo...

 

¿Cómo fue el contacto con Chano Planas?
Nos presentaron unos amigos de mi tío y en cuanto me vio boxear y vio mi nivel empezamos a entrenar.

 

¿Ya te han metido el gusto por el Depor?
No me gusta el fútbol, pero la afición del Depor es de verdad. Siempre están ahí con su equipo, aunqué esté abajo. Eso sí que me gusta. En ese aspecto es la mejor afición del mundo.

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