El Coviran Granada continuó con su caída en picado en Santiago de Compostela, donde este sábado encadenó su séptima derrota consecutiva ante el Monbus Obradoiro (88-83) para complicarse todavía más su futuro en la liga Endesa.
El francés Leo Westermann, que firmó uno de sus mejores partidos con la camiseta obradoirista (18 puntos, 24 de valoración), y el canadiense Kassius Robertson lideraron el triunfo gallego, ante un Granada que ni cuando estuvo 15 abajo se entregó.
Tras un inicio igualado (5-4, min.4), el Obradoiro golpeó a su rival con una notable efectividad desde la línea de tres puntos. Westermann lideró el ataque del equipo gallego, que empezó a marcar el ritmo del duelo pese a que el estadounidense Luke Maye también mostraba su muñeca.
En el inicio del segundo cuarto, tras otro tiple de Álex Suárez, la ventaja gallega alcanzó los ocho puntos. El Granada no estaba cómodo (28-18), pero desde su defensa empezó a generar dudas en su rival, al que asustó con un parcial 0-6. Moncho Fernández paró el partido (28-24, min.15), y su equipo reaccionó con un triple de Robertson, sobre la bocina, y un contraataque de Thomas Scrubb.
Pablo Pin intentó detener la reacción gallega, pero la vuelta a pista de Leo Westermann ya había dado otro aire al ataque del Obradoiro, que encarriló su triunfo en el inicio del segundo tiempo (55-40, min.24).
Fiel a su estilo, el Granada no se entregó, y un par de despistes obradoiristas, acompañados de una mayor agresividad defensiva de los visitantes, le permitieron soñar con la remontada al bajar de la barrera de los diez puntos tras un nuevo triple de Renfroe (57-50). Moncho Fernández pidió tiempo muerto, pero los andaluces, mucho más intensos, habían vuelto (69-60, min.30).
Ni tres tiros libres anotados por Philip Scrubb intimidaron al Granada, que se puso a seis (72-66) pero pudieron ser tres si Pere Tomás encestase el tercer triple consecutivo en apenas un minuto. Falló y lo pagó. El Obradoiro se estiró con un parcial 4-0, y Pablo Pin paró el choque (76-66, min.34).
El Granada se agarró al senegalés Youssou Ndoye, imparable en la pintura, para mantenerse con vida. Entró en los últimos tres minutos con el marcador apretado (80-74), pero la descalificación del Ndoye y dos triples seguidos de Robertson acabaron por tumbarlo.