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Siempre defendí que el deporte, incluido el profesional, debe ser un importante baluarte en la vida económica y social de nuestra sociedad. Por ello, considero imprescindible la implicación de los gestores públicos en la realización de grandes eventos.

Me centro… Estos días la capital del Reino de España concita dos choques futbolísticos de alto nivel. Real Madrid y At. de Madrid reciben en sus estadios la visita de dos rivales ingleses, Chelsea y Manchester City. Innumerables seguidores llegados de las islas se congregaran en un periodo de 48 horas. Ante tal contingencia, los responsables policiales declararon la alerta de seguridad en Madrid. Esto supondrá un sobrecoste que tendrá que asumir las arcas estatales. Siempre fue así y además podemos presumir de la calidad de nuestros miembros policiales en el control de tales situaciones.

Pero entiendo que debería llegar el momento en que las cosas no circulasen de igual manera, es necesario un cambio en los planteamientos para afrontar estos compromisos. UEFA y FIFA presumen de sus recaudaciones. Parte del pastel lo entregan entre los equipos participantes en las competiciones, que a su vez lo revierten, con cantidades deslumbrantes, entre los protagonistas del espectáculo.

Pero curiosamente, nada se deja para el gasto paralelo en la organización externa. Se da por asumido, con absoluta naturalidad, que el estado de turno lo asuma y recaigan en sus presupuestos. Aparte de toda la contingencia adversa que supone para la ciudadanía que reside en las ciudades afectadas.

Me decía un amigo, defensor de que las cosas sigan como hasta ahora, que el gasto indirecto que proporcionan tales eventos compensan proporcionalmente los déficits sufridos. Efectivamente, en parte si puedo asumirlo, pero lo por “decencia” económica las organizaciones que se “forran” deberían ser consecuentes con la realidad y no mirar para otro lado. ¿Cuánto costará el dispositivo de seguridad de estos días en Madrid?... Seguro que no saldríamos de nuestro asombro.

Cambio de tercio. Porque hay que seguir apoyando hasta la última “sintonía”, pero si uno analiza fríamente el quehacer deportivista lo fácil es entrar en depresión. Muchas veces no hay a dónde agarrarse. Estimado Borja: O cambias el discurso o voy a tener que dejar de escuchar tus declaraciones pre y post partido. En su momento dijiste que se ganara o se perdiese, tu exposición siempre sería canalizada de la misma forma. Pues difiero, si a uno se le está cayendo la casa no puede reflejar lo mismo que si la estuviera construyendo. Pasión Borja, pasión para la promoción.

Como siempre un placer.


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