Hay personas que son simplemente fundamentales. Los clubes, las empresas, las entidades de cualquier tipo, darían lo que fuese por tener estandartes, baluartes, profesionales que con su simple presencia representen todo lo importante, todos los valores y sentimientos de ese club o esa empresa en cuestión.
El Deportivo tiene un auténtico privilegio al poder contar con Álex Bergantiños.
El de la Sagrada Familia no solo es un símbolo para los colores blanquiazules, lo es también para la ciudad. Ejerce de coruñés allá donde va y no solo representa a la entidad deportivista, sino a la propia Marineda.
Charlando con él de manera pausada y distendida siempre asoma una modestia, un saber estar, una humildad que nos muestra el tipo de persona que es. “No soy un virtuoso”, decía Álex, cuando hablábamos de fútbol.
Y sí que lo es. No cabe ninguna duda. Es virtuoso como persona, como profesional, como deportivista, como coruñés... Simple y enorme a la vez. Siempre Álex Bergantiños.