El fútbol femenino sigue dando pasos hacia delante. En España, la apuesta de LaLiga, de la mano de los principales clubes del país, ha traído consigo un mayor interés de los aficionados, primer paso para generar unos ingresos acordes para que las futbolistas puedan alcanzar un estatus profesional. Todavía queda un largo camino, pero ya se lleva mucho andado. Sobre todo, si vemos la situación más cercana, la del equipo deportivista. Con la llegada de las venezolanas Gaby –ahora en las filas del Atlético de Madrid, rival blanquiazul el próximo domingo– y Kika, hace solo siete años, eran únicamente cuatro las jugadoras deportivistas con contrato profesional: las dos internacionales con la ‘vinotinto’, la ahora madridista Teresa Abelleira y la poco después retirada Raquel Béjar.