El pasado domingo fui invitado a presenciar, en los campos Arsenio Iglesias, un choque futbolístico que podría representar el ascenso de categoría del equipo senior del Orillamar SD a la Primera División Galicia.
Aunque inicialmente lo hacía con cierto compromiso moral, enseguida le cogí el hilo a la cuestión. Me enganche y recuperé sensaciones para disfrutar de un espectáculo, donde cada jugador y entrenador ofrecían lo mejor de sí en favor de unos colores. Me sorprendió el ritmo de juego y su calidad puntual. Les traslado, asiduamente, el sentido de la pasión para afrontar cualquier vertiente deportiva, conseguir identificar el esfuerzo y una forma de entender el juego. Sin todo ello nada es igual.
El resultado, favorable a los colores del Orilla, que les permitió ascender de nivel, tal vez sea lo menos transcendente en mi exposición, aunque también. Simplemente quisiera resaltar la grandeza del deporte, sea el nivel competitivo que sea.
Todo va a depender de que los protagonistas se entreguen con dedicación a la acción que les corresponde, en este caso, lo fueron los dos contendientes. Seguro que repetiré.
Punto y aparte. Nueva lista de Luis Enrique para la clasificación de la Nations League. No es santo de mi devoción, no me parece la persona idónea para tal menester.
Entiendo que el máximo responsable técnico de la selección, aparte de sus conocimientos técnicos, debe asumir un rol aglutinador. Contentar a todos es imposible, pero abrir zanjas es otra cuestión y este ‘muchacho’ da la sensación que disfruta con ello.
Saco todo esto a relucir, pues al finalizar la rueda de prensa posterior al anuncio de la convocatoria, un periodista le cuestiona sobre quién quiere que gane la final de la Champions. El contesta que no lo va a decir, que diga lo que diga, se le va a censurar.
Hombre… Que el cargo que ocupa, ese que representa al fútbol español, diga esto en rueda de prensa oficial, no me digan que no tiene su morbo. Lo más ‘sensato’ es que la gente, en su mayoría, piense en que se decantaría por el lado inglés. De no ser así, no se quien en este país podría censurarle. Bueno si… Los de siempre. Lo dicho, menudo personaje.
Nuevo punto y aparte. Llega la hora del no retorno para el cuadro deportivista. Borja Jiménez nos ofrece la visión de que el equipo está en el mejor momento, que se han recuperado sensaciones y todo se presenta de la mejor de las maneras para afrontar el paso decisivo. No voy ser yo quien ponga la más mínima arenga contraria a lo expuesto. Ojalá que Riazor sea el fortín inexpugnable que el equipo necesita. Como Fuenteovejuna: “Todos a una”.
Finalizo. De nuevo el Depor juvenil se sitúa en la élite española, clasificándose para la fase final de la Copa de España. La verdad es que llegar hasta ahí no es nada fácil y por lo tanto debe tener su reconocimiento para todos los implicados: ¡Enhorabuena!
Como siempre un placer.